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3 de febrero : Batalla de Caseros

El 3 de febrero de 1852, tras partir desde Punta Gorda (localidad de Diamante) y cruzar el ío Paraná, el Ejército Grande se topa con las milicias rosistas en el palomar de Caseros, librándose la batalla que cambiará el curso de la historia. Es lo que se conmemora este 3 de febrero en Entre Ríos.

El Museo Histórico de Entre Ríos, Martiniano Leguizamón, organismo dependiente de la Secretaría de Turismo y Cultura de la provincia, realizó un repaso sobre el significado de esta fecha tan cercana a la historia de nuestra provincia.

¿Por qué conmemoramos el 3 de febrero?

Corre el primer día del mes de mayo de 1851. Justo José de Urquiza, convencido de la necesidad de organizar constitucionalmente al país, da a conocer el “Pronunciamiento”, decreto mediante el cual la provincia de Entre Ríos reasume sus facultades inherentes a un estado soberano y retira las delegadas en el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas.

En noviembre del mismo año, haciendo uso de las facultades para el manejo de las relaciones exteriores de la provincia, Urquiza protocoliza la alianza que une a la provincia que gobierna junto a Corrientes, Brasil y Uruguay. Nace así el “Ejército Grande”, compuesto aproximadamente por 28.000 personas. Su objetivo: derrocar a Rosas y convocar a los pueblos a un Congreso Constituyente que dictase una Constitución Nacional.

Es 3 de febrero de 1852. Tras partir desde Punta Gorda (localidad de Diamante) y cruzar el río Paraná, el Ejército Grande se topa con las milicias rosistas en el palomar de Caseros, librándose la batalla que cambiará rotundamente el curso de la Historia. Las tropas urquicistas vencen y Rosas decide exiliarse a Inglaterra. Comienza una nueva etapa en la Historia de nuestro país: la de la organización nacional. El Acuerdo de San Nicolás, dictado el 31 de mayo de 1852 en dicha localidad bonaerense, promueve la apertura de un Congreso Constituyente, órgano que finalmente sanciona la Constitución Nacional de Argentina el 1 de mayo de 1853 -exactamente dos años después de realizarse aquél “Pronunciamiento”.

Urquiza, ya en calidad de Presidente de la Confederación Argentina, deja hacia 1859 una reflexión que guarda tras de sí el gran propósito que le incentivó a alzarse frente a Rosas en Caseros: cambiar el curso de la Historia en pos de la unión de las Provincias en un proyecto nacional, que hoy es nuestra Argentina.

“Todavía duraba el entusiasmo del triunfo, cuando en nombre de la patria y con toda la sinceridad de mi alma de que tantas pruebas ha dado al país, declaré para su gloria y con su aplauso, que el triunfo era de la Nación, no de un partido, dije: no hay vencedores, ni vencidos. Era una victoria sin derrota”

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