Agricultura Destacada

Aseguran que incorporar tecnologías de bajo costo puede conservar y recuperar los suelos

Para mejorar la estructura del suelo y los rindes de los principales cultivos agrícolas, técnicos del INTA trabajan en la construcción de mapas de suelos, realizan ensayos de fertilización y evalúan la incorporación de tecnologías que ayuden a prevenir y controlar la erosión hídrica.

En este sentido, los cultivos de cobertura son una herramienta clave debido a que mejoran el almacenamiento de las precipitaciones, favorecen la infiltración y reducen las pérdidas por escorrentía.

Pero el problema de la erosión no es solo por las pendientes que tienen los suelos, sino por las lluvias: la cantidad de agua caída por minuto y la frecuencia marcan la diferencia y pueden hacer que el problema cambie de categoría –leve, moderado o severo–.

De acuerdo con Jorge Gvozdenovich, especialista en manejo y conservación de suelos del INTA Paraná –Entre Ríos–, “cuando llueve, la gota golpea contra el suelo y, el grado y la distancia que tenga la pendiente del paisaje hacen que el agua que no se infiltra en el lote tome velocidad y arrastre el mejor suelo que tenemos”.

“La lluvia se lleva la materia orgánica y los nutrientes que están en los primeros centímetros. Es un proceso rápido y degrada la fertilidad del campo”, expresó Gvozdenovich y advirtió: “Si no se controla, la erosión reduce los rindes de los cultivos”.

Según el especialista del INTA Paraná, la incorporación de tecnologías de bajo costo, como la siembra que ‘corta’ la pendiente, en contorno o asociada a un plan conservacionista con rotación de cultivos pueden mejorar la estructura del suelo.

“Si los procesos erosivos generan surcos o cárcavas, es necesario implementar sistemas de terrazas de evacuación”, expresó Gvozdenovich quien reflexionó: “Nuestra propuesta es producir sin descuidar el suelo”.

Fuente : INTA

 

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