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El Niño se afianza , pero no es intenso

Durante el último mes se observó un cambio significativo respecto del verano. Actualmente el fenómeno está instalado según consigna un informe especial elaborado por CCA (Consultora de Climatología Aplicada) para el Proyecto SIBER de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos .
A mediados del año pasado, los pronósticos del indicador ENSO (El Niño /La Niña), perfilaban la aparición de un evento cálido en la última parte del año. Para bien de la campaña de granos gruesos este pronóstico se validó de manera insignificante, de otro modo el sobrante de lluvias hubiese sido más perjudicial de lo que se concretó en algún momento de la campaña que cerramos, sobre todo en el este de Córdoba, pero también en un vasto corredor que alternativamente afectó desde el sudeste de Santiago del estero hasta la provincia de Corrientes.

El año pasado terminó con acumulados pluviales record en muchos sectores del país, en general y a gran escala ha sido uno de los años más lluvioso de los últimos cincuenta años. Si es posible obviar las zonas que sufrieron inundaciones, esta sobreoferta de agua garantizó un paso sin limitantes hídricas en la franja central del país principalmente en la zona núcleo. Sin embargo el sur de la región pampeana se apartó de este comportamiento y sufrió una fuerte seca en la época de mayor demanda, durante febrero y marzo, algo que también afectó en buena medida a Entre Ríos.

Esta alternancia de zonas secas y húmedas no estuvo vinculada al fenómeno de El Niño, dado que durante la estación estival este indicador se mantuvo muy cercano a la neutralidad, tal como se aprecia en el mapa de anomalía de la temperatura superficial del mar durante ese período.

Durante la última parte de noviembre y buena parte de diciembre, las aguas del Pacífico Ecuatorial central (niño3.4), mostraron un ligero calentamiento, el cual no fue persistente por lo cual el indicador Niño nunca terminó por instalarse. Al cabo del trimestre de verano este calentamiento se fue desplazando hacia el oeste y finalmente se desdibujó por completo en la zona central, por lo cual el período de definición de esta última campaña se desarrolló bajo un estado de neutralidad. Al mismo tiempo se mantuvo muy intenso el calentamiento del litoral Atlántico. Debido a que las zonas de alta presión se posicionaban hacia el sur de este calentamiento, la circulación del este noreste, mantenía un fuerte flujo de humedad sobre la franja central, pero a la vez generaba condiciones de estabilidad en el sur de la región pampeana. De este modo, las tormentas de mayor porte siempre se fortalecían en la franja central principalmente, Córdoba, Santa Fe y norte de Buenos Aires. Hoy con el resultado de la cosecha, vemos la diferencia notable que han hecho estos aportes pluviales que mantuvieron las reservas a tope para abastecer a cultivos que ya venían muy bien desarrollados.

A lo largo de las últimas cuatro semanas el cambio en las anomalías oceánicas fue muy importante. La zona cálida que se había resumido hacia el oeste, se regeneró tomando toda la cuenca del Pacífico, al tiempo que el desvío positivo del litoral Atlántico se va moderando con tendencia a normalizarse (luego de más de un año). La foto actual, que promedia las anomalías de las últimas cuatro semanas, evidencia una posición Niño para el indicador ENSO. Es decir, actualmente estamos bajo la influencia de El Niño.

La persistencia del calentamiento de la cuenca del Pacífico Ecuatorial es lo que fortalece el indicador. El mismo se ha mantenido medio grado por encima del umbral de neutralidad en las últimas cuatro semanas. Esa medida lo caracteriza con intensidad débil, sin embargo podría intensificarse durante el resto del invierno. La perspectiva que marcan todos los modelos de pronóstico para esta anomalía produce un resultado consensuado en cuanto a la permanencia de esta situación hasta avanzada la primavera del hemisferio sur.

Impactos

Durante el trimestre frío es muy poco significativa la señal estadística que la presencia de El Niño, tiene sobre el comportamiento de las lluvias en el sudeste de Sudamérica.

En general esta influencia se expresa definiendo un contexto de circulación y de flujos de humedad que favorecen una tendencia positiva del patrón pluvial, sin embargo para el hemisferio sur, esto tiene su mayor grado de correlación en el último trimestre del año. Si viniésemos de un verano con un Niño instalado y que produjo impacto en las lluvias, podríamos establecer un escenario de cierta continuidad. Sin embargo el mes de mayo ya viene mostrando el típico corrimiento de las lluvias hacia el este que se concreta durante el trimestre frío. En consecuencia, Sudamérica debe esperar a la primavera para ver si se podrá obtener algún provecho de la presencia de El Niño. Por lo pronto los pronósticos se inclinan con alta probabilidad por la persistencia del evento cálido. De traducirse en buenas lluvias, la floración de trigo, las siembras y los maíces tempranos serían beneficiarios de un patrón pluvial más generoso que el habitual o al menos con piso en los valores normales.

En el hemisferio norte y principalmente en el corn belt es decir, en el cinturón maicero sojero de USA, el impacto sobre la precipitación no es tan evidente. Se han dado eventos Niño con tendencia a definir zonas secas hacia el oeste de esta zona de máximo potencial y hacia las altas planicies.

Debemos hacer hincapié en que si bien es generalizado el pensamiento de que el segundo semestre del año se proyecta marcado por la presencia del fenómeno de El Niño, por lo pronto la intensidad se mantiene en niveles bajos. La misma puede evolucionar hacia valores más elevados de anomalía, hasta un grado de apartamiento respecto del valor normal.

Si bien las zonas agrícolas de USA, han evidenciado una falta de lluvias en los últimos tres meses, en las últimas semanas la oferta de agua viene mejorando, lo cual augura un buen progreso de las siembras. Posiblemente las lluvias estén siendo sobreabundantes en las áreas del sur donde se hace el trigo de invierno. Estas anomalías son difíciles de asignar a la presencia del fenómeno de El Niño, por lo pronto. Deberemos monitoreara el mes de junio para ver como evoluciona el patrón pluvial en el norte, para entonces la anomalía cálida del pacífico ya habrá estado instalada lo suficiente como para definir su señal.

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