Este veneno es más tóxico que el glifosato, lo compré sin restricciones en Paraná

Voy a escribir esta nota en primera persona porque lo que les voy a relatar me sucedió hace menos de una semana en Paraná.

En casa tengo un jazmín al que mínimamente le detecté 3 pestes, me recomendaron ir a un comercio muy reconocido de la ciudad con una hoja de la planta para encontrar qué insecticida específicamente podría controlar las enfermedades que padece.

Mientras esperaba dos personas más llevaron el mismo producto que yo ( foto) pero para diferentes usos, claro, siempre con la recomendación de usarlo con precaución porque es “muy venenoso” me explicó el vendedor.

Lo que me vendieron fue Imidacloprid está catalogado actualmente como “moderadamente tóxico” por la Organización Mundial de la Salud y la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (clase II o III, requiriendo una etiqueta de “Peligro” o “Precaución”), y una potencialidad de ser contaminante de aguas subterráneas.

El Imidacloprid además está considerado como “probable” carcinógeno por la EPA (grupo E), y no está en la lista de tóxicos para el sistema endocrino, reproductivo o de desarrollo, o como un producto químico con problemas especiales con alguna especie. No está prohibida, restringida o es ilegal su importación en ningún país. Sin embargo ha sido prohibido su uso como pesticida en Francia desde 1999. Los ensayos sobre ratas, indican que la tiroides es el órgano que más se ve afectado por este compuesto. Las lesiones en el tiroides se producen en los machos de rata a la dosis de 16,9 mg/kg/día4.

¡Esto me vendieron para mi plantita del jardín! Lo que es paradójico es que durante la semana pasada entre las noticias que publicamos en Mundo Rural, el Glifosato era la vedette de turno, que en Paraná habían sancionado por unanimidad un proyecto que prohíbe el uso del Glifosato, que Concordia y Gualeguaychú intentan seguir los mismos pasos, que Rosario ya lo había hecho pero quedó en standby hasta esta semana…

Para todos aquellos que se rasgan las vestiduras “demonizando” el Glifosato así como les conté el grado de toxicidad que tiene Imidacloprid y peor aún, la forma en que me lo vendieron, paso a contarles que al Glifosato la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) y la Organización Mundial de la Salud lo clasificaron en 1993 los herbicidas con glifosato como de baja toxicidad, englobados en la Clase III para exposiciones oral e inhalación en una escala de I (más tóxico) a IV (menos tóxico).

La revisión en 2000 concluyó que, «en las condiciones de uso presente y esperado, no hay posible riesgo de que el herbicida Roundup ponga la salud de los seres humanos en riesgo».

En este contexto recordaba que hace menos de un mes se realizó en Salta el Primer Congreso de Fitosanitarios, al cual no puede asistir pero tuve la posibilidad de seguirlo on-line, y uno de los paneles que concitó gran interés fue el de Fitosanitarios y Salud. El médico toxicólogo Alexis Benatti, representante del centro “Toxicología, Asesoramiento y Servicios” (T.A.S.), se refirió a las estadísticas toxicológicas.

Según el médico, el Instituto de Toxicología tuvo en 2016 un número de 4938 consultas, y de ese total, un 41 por ciento correspondieron a medicamentos. Un 20 por ciento de las llamadas estaba relacionado con productos del hogar o entretenimientos; un 9 por ciento, con productos industriales; y un 12 por ciento, con consultas sobre plaguicidas.

Esto significa, en términos llanos, que sobre el total de consultas que recibió el centro toxicológico el año pasado, sólo el 3,12 por ciento se relacionó con productos fitosanitarios.

Más adelante, el médico revisó la supuesta incidencia de los productos fitosanitarios en enfermedades, como malformaciones congénitas y tumores, y no encontró relación alguna entre el número de casos, que sigue los patrones internacionales, y el uso de agroquímicos. “Las patologías crónicas tienen una muy baja incidencia en consultas, y las intoxicaciones con domisanitarios son tres veces más frecuentes que con fitosanitarios, y afectan principalmente a niños”.

En cuanto a casos de exposiciones a los productos a nivel laboral, el médico estableció que “se producen casos leves o moderados, por exposición de mucosas, por piel y por vía inhalatoria.” Finalmente, estableció que los casos graves o fatales corresponden a personas que ingirieron el producto por error, o con la intención de suicidarse.

La doctora Mirta Ryczel, también médica toxicóloga, habló sobre Fitosanitarios y Salud. En su exposición, la especialista señaló: “La realidad es ésta: Si hablamos desde el inicio sobre el tema del glifosato, que es el producto que más se denuncia, la OMS pidió varios relevamientos sobre el tema y ninguno de estos estudios demostraron que el glifosato sea cancerígeno, ni que genere malformaciones congénitas, ni trastornos en la fertilidad ni en la genitalidad masculina, por lo cual uno dice que podemos quedarnos mucho más tranquilos”, explicó.

Es necesario seguir debatiendo seriamente sobre el uso de fitosanitarios, despojado de fanatismos, con información real y comprobable. Nuestros legisladores tienen la obligación de capacitarse o rodearse de personas que puedan asesorarlos fehacientemente. Los periodistas debemos ser responsables al momento de brindar la información a la sociedad. Y todos, absolutamente todos , tendríamos que mirar en nuestros hogares que productos insecticidas tenemos y dónde los guardamos. También cuando vamos a los supermercados con la misma vehemencia con la que algunos se rasgan las vestiduras, quejarnos cuando vemos el pan dulce en la punta de la góndola de los insecticidas .

Debemos cuidarnos entre todos pero ¡atención! porque al peligro lo tenemos muy cerca.