Dios en la Tierra

Hoy es la fiesta de San Juan de Matera, monje eremita

Miércoles de la undécima semana del tiempo ordinario. El santoral recuerda a los Mártires Ingleses. Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18.

Jesús dijo a sus discípulos:

Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.

Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.

Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Amén y ¡ adelante !

Hoy es la fiesta de San Juan de Matera, monje eremita

San Juan de Matera fue un monje italiano que fundó la Orden de Pulsano y vivió como eremita en las montañas del sur de Italia.

Su congregación formó parte de la gran familia benedictina, pero desde hace mucho tiempo desapareció.

El santo nació en la ciudad de Matera (que en aquel entonces pertenecía al reinado de Nápoles) en Italia hacia el 1070.

Cuando era todavía un niño, Juan soñó con vivir como ermitaño. Por tal motivo dejó la casa de sus padres y viajó hasta una isla, frente a Taranto, donde había un monasterio al que ingresó en calidad de pastor de rebaños de los monjes.

En Ginosa comenzó a predicar y a promover la restauración de la iglesia, que se convirtió en el núcleo de un convento. Un día se le acusó de haberse apropiado del bien de una iglesia y fue enviado a la cárcel tras ser acusado ante el gobernador de la provincia.

A poco de estar en la prisión, escapó en una forma que nadie podía explicarse, por lo que se dijo que había sido liberado por un ángel. Llegó hasta Cápua y tuvo que seguir su camino, porque los pobladores no le permitieron quedarse.

En Bari fue acusado de hereje por la austeridad que predicaba, pero fue liberado después de defenderse brillantemente en los tribunales.

En 1130, en el antiguo monasterio de San Gregorio de Pulsano, que reconstruyó, fundó una congregación monástica en la que le confirió la Regla de San Benito y fue abad durante 10 años.

En poco tiempo la comunidad ya tenía 50 monjes y se volvió muy conocida. Falleció el 20 de junio de 1139 en Foggia (Pulla), donde había ido para difundir la congregación.

 

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