Historia de nuestra tierra

La Delfina: Mitos y verdades de una mujer legendaria

Se trata de La Delfina, la hermosa joven que conquistó el corazón del caudillo Pancho Ramírez.

Ya a comienzos de la década de 1820, la figura de “la Delfina”, compañera de Francisco “Pancho” Ramírez, fue adquiriendo una dimensión legendaria, al punto de que su nombre completo sea desconocido.

Considerada “de nación portuguesa” (lo que en la época tanto podía significar nacida en Portugal como en el Brasil), algunos aventuran que era hija de un virrey portugués y hasta afirman que por ello se la conocía como la Delfina.

Se dice que Ramírez la capturó vestida de soldado, lo cierto es que el Jefe entrerriano quedó tan enamorado de ella que suspendió su compromiso con Norberta Calvento, la hermana de uno de sus mejores amigos.

Se le atribuye haber compartido todas las campañas del Supremo Entrerriano.

Si bien no era lo más habitual, tampoco era insólito que mujeres participasen junto a sus compañeros en las expediciones militares.

Lo que le habría de dar jerarquía heroica fue la última de estas, en la cual Pancho Ramírez fue muerto, en julio de 1821, cerca de Río Seco, en la provincia de Córdoba.

Como se señala en una biografía de Ramírez: “Hay dos versiones de esta muerte. Una es la que recibió Anacleto Medina de parte de los soldados que acompañaban al Jefe Supremo, y que muchos años después transmitirá en unos breves apuntes. Según ella, Ramírez comprueba que entre sus perseguidores hay un oficial porteño, que ha sido su ayudante y, al igual que Mansilla, lo ha traicionado. Dispuesto a darle el castigo que se merece, da vuelta y se lanza contra la partida enemiga, que lo mata”.

“La otra versión, registrada por Bartolomé Mitre, es aún más romántica. Además de tomarla de Mitre, servirá para que el poeta Leopoldo Lugones, nacido en el pueblito de Río Seco, cerca de donde ocurrieron los hechos, escriba su bello Romance de la Delfina. Según ese relato de los hechos, en la persecución Delfina se queda rezagada, y es capturada por el enemigo. Ante sus gritos pidiendo auxilio, Ramírez vuelve, consigue librarla, pero cae herido de muerte”.

De manera más que significativa, fue esta versión romántica la que ha prevalecido de la muerte de Pancho Ramírez.

Pero, curiosamente, la verdadera proeza de Delfina, que fue su regreso al Litoral, luego de meses de cruzar el Chaco santiagueño y el norte santafesino en compañía de las tropas sobrevivientes de Ramírez, no aparecerá en el relato heroico.

Tampoco los dieciocho años siguientes de su vida, que parecen haber transcurrido de manera solitaria hasta su muerte, el 28 de junio de 1839 en Concepción del Uruguay.

En su libro Romances del Río Seco escribe Leopoldo Lugones: “La historia de La Delfina / no sufrió ya otro percance/ hasta el año treinta y nueve / que fue el de su último trance. / Yo no sé si la curaron / con hierbas, magias o creces / y en viernes huacho que llaman / al que es quinto algunas veces. / Pero aislada en su desdicha / sin reproches ni lamentos / falleció en la soledad / privada de sacramentos”.

Para la “memoria histórica” quedará solamente como la bella mujer que, vestida con un colorido uniforme, acompañó al caudillo y que fue rescatada por este en su último sacrificio.

La Delfina sobrevivió a su compañero 18 años, murió sola y olvidada, con mucho para contar y nadie para escucharla.

por Felipe Pigna

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