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La suba en el precio de la leche no genera expectativas a largo plazo

La suba de precios generada de la leche cruda por la caída de la producción láctea -debido a la desaparición de miles de tambos- generó en estos meses un respiro para los productores primarios de leche que por primera vez en mucho tiempo cobran valores por encima del costo. “Pasaremos un año con buenos precios y el año que viene o en un par de años tenemos de nuevo la crisis porque al haber leche suficiente ya no tienen que aflojar un poco los supermercados y pagar más sino que volveremos a los bajos precios”, advirtió  el vocal de la Cámara de Productores de Leche de Entre Ríos (Caproler), Santiago Reggiardo, y sostuvo que sin abordar los problemas estructurales seguirán las crisis cíclicas.

La crisis que hoy afecta a la industria láctea no tiene consecuencias directas para el sector primario de la cadena. Paradójicamente, la fuerte caída de la producción de leche en los últimos años, producto de los bajos precios que reciben de la industria y factores climáticos, les permite hoy lograr mejores precios.

“Este país es un país salvaje donde nos olvidamos de las cosas más importantes y vamos a los tumbos, entonces tuvimos una crisis lechera de bajísimos precios, quedaron muchisímos pequeños y medianos productores afuera”, lamentó Reggiardo que analizó que hay “un problema estructural que no lo ven los gobiernos” y tiene que ver con que “los supermercados tienen más del 50 por ciento del comercio minorista del país y los señores supermercadistas le ponen el precio que ellos quieren al producto lácteo que le entregan los industriales y después hacen la diferencia en la góndola pero lo compran barato. Entonces los industriales, para no perder plata, le trasladan el precio al productor bajando el precio de la leche para hacer una diferencia”.

Frente a esa situación “el productor no tiene a quién pasarle la pelota. La gran diferencia la hace el supermercadismo y los industriales salvan su cuota de ganancia trasladándole el precio al tambero, hasta que pasó lo que pasó. Como vamos a los ponchazos en la Argentina se juntó la fundición de los tamberos que desaparecieron a raíz de los bajos precio, junto con este desastre de clima e inundaciones que dejó afuera a otros tambos, entonces hoy falta leche y el precio sube”.

Sin embargo, para el dirigente de Caproler, esta suba de precios no es más que “un respiro para los tamberos que quedaron en pie”, pero lejos están de terminarse los problemas: “Acá el tema estructural es el que debiera ver el gobierno. ¿Qué le cuesta con la Ley de Defensa de la competencia mandar un equipo de contadores a hacer una auditoría a los supermercados a ver a cuánto compran la leche y qué margen tienen en góndola? No le costaría nada y ahí sacaría las conclusiones de que hay prácticas monopólicas”.

Si eso no ocurre -algo altamente probable por la postura del gobierno contraria a la intervención estatal en la economía- “pasaremos un año con buenos precios y el año que viene o en un par de años tenemos de nuevo la crisis porque al haber leche suficiente ya no tienen que aflojar un poco los supermercados y pagar más sino que volveremos a los bajos precios”.

Es este marco, Reggiardo planteó la necesidad de clarificar la candena de valor para que cada uno tenga su cuota de ganancia razonable ya que, consideró, las medidas impulsadas por el gobierno para el sector no modifican la situación: “Hay medidas crediticias pero el crédito se puede tomar si uno no está perdiendo plata porque sino se funde más rápido. El problema es comercial. Hay que agarrarlos del cogote a los supermercadistas y poner las cosas en su lugar para que se refleje en toda la cadena de valor una cuota de ganancia para todos los sectores, el comercio, la industria y los tamberos”.

Sin embargo, aclaró, “eso no lo plantean (desde el gobierno), no tienen voluntad de llevarlo adelante” y admitió: “No somos optimistas en ese este sentido”.

“La cadena láctea tiene un final bastante monopólico por este 50 y pico por ciento que tienen los supermercados, hacen su buena diferencia, apretan a los industriales y los industriales hacen su diferencia apretando a los tamberos. Cuando no hay leche esto momentáneamente se aplaca, pagan más al tambero y en cuanto empieza a aparecer leche empiezan de nuevo con el jueguito. Esta es, lamentablemente, la estructura láctea de Argentina”, sintetizó el dirigente tambero.

Fuente : AIM Digital

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