Dios en la Tierra

Hoy se celebra al Beato Bartolomé Gutiérrez, misionero y mártir mexicano

Vigésimo segundo Domingo del tiempo ordinario. El santoral recuerda al Beato Bartolomé Guetierrez. Comentario del día : San Maximiliano Mª Kolbe «Su corazón está lejos de mí» Evangelio según San Marcos 7,1-8.14-15.21-23. Como todos los domingos compartimos la reflexión del Padre Alfredo Nicola .

Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.

Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados;y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.

Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?”.

El les respondió: “¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.

En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.

Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres”.

Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanlo bien.

Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre.

Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios,los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.

Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre”.

Amén y ¡ adelante !

Hoy se celebra al Beato Bartolomé Gutiérrez, misionero y mártir mexicano

El Beato Bartolomé Gutiérrez fue un sacerdote agustino misionero que pasó gran parte de su vida logrando múltiples conversiones en Japón, pero que recibió la corona del martirio el 3 de septiembre de 1632 junto con otros misioneros.

Se sabe que ejerció un ministerio ejemplar entre los fieles japoneses, predicándoles y administrando los sacramentos a escondidas. Se enfrentó al peligro de las persecuciones viviendo en los campos y el bosque, pasando hambre, pobreza y climas adversos. Asimismo practicaba ayunos, mortificaciones y vigilias.

Nació en Ciudad de México el 4 de septiembre de 1580 y a los 16 años ingresó a la orden agustina. En 1596 tomó el hábito en el convento de San Agustín y profesó en dicha orden un año después. Hechos los estudios eclesiásticos fue ordenado sacerdote.

Sus compañeros en la orden se burlaban de él por su sobrepeso y creían que no soportaría la vida de misionero. No obstante, en una ocasión profetizó su destino: “Tanto mejor, así habrá más reliquias que repartir cuando muera mártir, porque algún día iré a Filipinas y de allí a Japón donde moriré por la Fe de Cristo”.

En 1606 fue alistado entre otros misioneros a la misión en Filipinas y ya en el lugar fue designado como maestro de novicios. Tenía una gran facilidad para los idiomas, sabía latín y aprendió rápidamente el japonés.

En 1612 se embarcó a Japón y un año después fue nombrado prior del convento de Usuki donde se entregó de lleno a la evangelización, teniendo pronto a su cargo una gran comunidad de fieles.

En 1615 hubo un decreto de expulsión para los religiosos en Japón y el Beato Bartolomé fue expulsado, volviendo a Filipinas. Sin embargo, tiempo después el provincial lo volvió a designar a Japón acompañado del Beato Pedro de Zúñiga, regresando ambos a tierra de misión el 12 de agosto de 1618.

En este segundo viaje a Japón permaneció 15 años ejerciendo su ministerio activamente, en medio de tribulaciones y persecuciones.

En 1631 fue trasladado con sus compañeros a Nagasaki, lo mantuvieron prisionero durante tres años y luego fue quemado vivo hasta que su cuerpo quedó reducido a cenizas y éstas arrojadas al mar.

Además de Bartolomé un grupo de 205 mártires encabezados por el Beato Alfonso Navarrete fueron elevados a los altares el 7 de julio de 1867 por el Beato Pio IX.

El Beato Bartolomé recibió el culto litúrgico en México el 2 de septiembre con el grado de memoria opcional y las oraciones de la misa y la liturgia de las horas se refieren únicamente a él.

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