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15 de octubre : Día de la Mujer Rural

Este día lo vamos a aprovechar para poner en valor 16 derechos sobre los cuales se dan a conocer, experiencias, políticas, innovaciones y estrategias a nacional, subregional y regional relacionadas con el empoderamiento de las mujeres rurales. Desde Mundo Rural saludamos a todas la MUJERES RURALES en su día .

Derecho al desarrollo de las mujeres rurales

En el medio rural existe una diversidad de actores que presentan necesidades y potencialidades específicas, y que necesariamente deben contemplarse en los procesos de desarrollo. Varones y mujeres participan activamente de la vida social y productiva en las áreas rurales, sin embargo, existen marcadas asimetrías en las relaciones de poder que atraviesan a toda la estructura agraria, y que establecen las brechas de género en el acceso, uso y control de los recursos y de los bienes, en las oportunidades, en la participación y en la toma de decisiones. Estas desigualdades se traducen en importantes inequidades en desmedro de las mujeres e impactan también en la eficacia de las políticas públicas cuando ellas no son identificadas como productoras. A la hora de acercar ofertas de asistencia técnica, de crédito o de capacitación, las mujeres no son identificadas como interlocutoras válidas, confirmando de esta manera su exclusivo rol reproductivo y doméstico otorgado y asumido por pautas culturales construidas a lo largo del tiempo.

Derecho a la educación de las mujeres rurales

Las brechas de género en términos educativos se inclinan a favor de las mujeres en las zonas rurales. Ellas estudian durante una mayor cantidad de años que los varones, que suelen incorporarse al mercado de trabajo a edades más tempranas y, por ende, abandonan sus estudios. Sin embargo, la residencia en áreas rurales sigue constituyendo una limitante.

Derecho de las mujeres rurales al acceso al agua

Las políticas y programas relativos al agua han restringido, en algunos casos, los derechos de las mujeres al abastecimiento del agua, y por lo tanto, a su uso y manejo sostenible. Sin embargo, las mujeres rurales juegan un papel determinante en el manejo de este recurso. En las zonas rurales las mujeres son quienes garantizan el abastecimiento de agua a la unidad familiar y a veces ocupan jornadas completas en su acarreo. El agua es usada para procesar y preparar la comida, beber, bañarse, lavar, regar la huerta y dar de beber a los animales. La mujer sabe dónde se encuentran las fuentes locales de agua y conoce su calidad y potabilidad. La recoge, almacena y controla su uso e higiene. La recicla, usa la menos limpia para lavar y regar, da el agua de escorrentía al ganado y hace usos múltiples maximizando su utilización y tratando de preservarla de la contaminación. Todo ello le ha proporcionado un profundo conocimiento sobre este recurso. El reconocimiento y la valorización de esta cultura son elementos clave para el éxito de toda política y programa orientados a la conservación de las fuentes de agua.
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Derecho a la salud de las mujeres rurales

Las mujeres rurales suelen enfrentar diversos obstáculos para acceder a información y a servicios médicos de calidad. Los servicios de salud se encuentran en su mayoría concentrados en zonas urbanas, y esto afecta particularmente a las mujeres que residen en áreas rurales. Además, la precariedad de dichos servicios en las localidades rurales se refleja en la falta de recursos humanos y de especialidades para la atención de mujeres y niños.

Derecho de las mujeres rurales a vivir en un ambiente limpio y saludable

El derecho a una vivienda adecuada no tiene que ver sólo con tener un techo; este derecho no se cumple a menos que las personas tengan acceso a las necesidades y servicios básicos. Debido a que las mujeres suelen ser las que están a cargo de las actividades domésticas y de cuidado, que no son actividades remuneradas, y que se centran básicamente en torno al hogar y la vivienda, son ellas las más afectadas en relación a los varones.

En las zonas rurales, este problema está estrechamente ligado a la propiedad de la tierra. Para las mujeres indígenas y rurales, los desalojos, las situaciones de conflicto, la negación del derecho a la libre determinación y los patrones culturales que reproducen la privación de las mujeres al control y usufructo de la tierra pueden imponer obstáculos importantes en la consecución del derecho a la vivienda digna.

Derecho de las mujeres rurales a participar en los procesos de mitigación y adaptación al cambio climático

Mujeres y varones viven la experiencia del cambio climático de manera diferente, ya que las desigualdades de género existentes disminuyen la capacidad de las mujeres para hacer frente a estos nuevos desafíos. Diversos análisis han demostrado que las mujeres son gestoras importantes de cambio y poseedoras de conocimiento, y cuentan con destrezas importantes para todo lo relacionado con la mitigación, adaptación y reducción de riesgos frente al cambio climático, lo cual las convierte en actoras cruciales en esta área. En consecuencia, existe una necesidad apremiante de adoptar un enfoque sensible al género en la formulación de políticas y programas sobre cambio climático. Se requiere que hombres y mujeres entiendan estos procesos y compartan información sobre cómo contrarrestar sus impactos negativos. Por lo tanto, es importante que las mujeres rurales tengan acceso equitativo al conocimiento, recursos y tecnología que son necesarios para influir en el cambio climático. De igual modo, es crucial que las mujeres puedan participar de forma más activa en las negociaciones que van dando forma a este enfoque.

Derecho a la autonomía y al desarrollo económico de las mujeres rurales

Los recursos naturales son el activo más importante de las poblaciones rurales. Un medio ambiente limpio debe mantenerse con el fin de satisfacer las necesidades de las comunidades. Sin un medio ambiente limpio, las necesidades básicas se vuelven difíciles o imposible de alcanzar, sumado al riesgo que ello implica para la salud humana. La degradación del medio ambiente plantea graves amenazas a la estabilidad y al bienestar de las comunidades rurales, así como a la obtención de alimentos sanos y de calidad; los ecosistemas pueden ser destruidos y las poblaciones desplazadas. En este contexto, las mujeres que residen en áreas rurales se enfrentan, por ejemplo, a una serie de riesgos relacionados al uso de agroquímicos en la producción y los residuos que a partir de allí se generan. Tal como indican diversas investigaciones, estos riesgos las perjudican diferencialmente a ellas y sus niños.

Derecho de las mujeres rurales al acceso a la información y a la conectividad

Especialmente en el medio rural, las tecnologías de información y comunicación (TICs) se erigen en recursos que facilitan cuestiones como la inserción de lo local en el mundo global, la democratización del acceso al conocimiento, el acortamiento de las distancias y la consecuente reducción del aislamiento, más allá de los usos que resultan específicos al ámbito educativo y laboral.

Derecho al acceso a la tierra y al arraigo de las mujeres rurales

El acceso desigual a la propiedad de la tierra por parte de varones y mujeres es una problemática fundamental, que repercute sobre el acceso a otros derechos. Estudios sobre la propiedad de la tierra han demostrado que las brechas de género perjudican considerablemente a las mujeres, a pesar de que el instrumento normativo que regula los diferentes procesos de compra y herencia no evidencian sesgos de género.

Derecho de las mujeres rurales a la toma de decisiones y al liderazgo

El reconocimiento efectivo del peso de las mujeres en la economía y el cierre de las brechas de género demandan el diseño de políticas de desarrollo realmente progresistas, lo que a su vez requiere de sistemas políticos democráticos con participación popular. Según el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, existe una correlación positiva entre sistemas políticos democráticos y transparentes y niveles reducidos de corrupción; y ambos elementos crean a su vez un entorno propicio para el incremento de la participación de las mujeres. América Latina constituye en la actualidad un entorno claramente propicio para la participación de las mujeres en la toma de decisiones: por ejemplo, Argentina, Brasil y Chile, tienen Jefas de Estado, como así también Costa Rica, Jamaica y Trinidad Tobago en Centroamérica y el Caribe. No obstante la magnitud de los avances, las mujeres rurales aún requieren de oportunidades para fortalecerse en el ejercicio de sus derechos; en la práctica del diálogo político en ámbitos gubernamentales y no gubernamentales, y para construir conocimiento, reforzando los vínculos entre ellas y entre sus respectivos países. Su participación efectiva e informada contribuirá a incorporar y/o mantener entre las prioridades estratégicas y operativas de la agenda pública la promoción de la igualdad entre varones y mujeres en materia de políticas públicas agropecuarias y rurales.

Derecho de las mujeres rurales a una vida libre de violencia

La violencia de género en las áreas rurales suele estar poco visibilizada, debido a las particularidades del contexto en el que ocurre; pero no por ello sucede menos, sino que algunas características propias del medio rural pueden considerarse agravantes de la situación. Por ejemplo, las mayores dificultades de movilidad dentro del hábitat rural perjudican a las mujeres cuando necesitan realizar denuncias o romper con el círculo de violencia; la dispersión territorial reduce las posibilidades de comunicar la situación en la que se encuentran. Igualmente, el menor tamaño de los núcleos rurales –donde las personas se conocen–, frena el hacer público las situaciones de maltrato. Por otra parte, las instituciones privadas o estatales que brindan apoyo, no tienen cobertura en áreas rurales. Estas particularidades del entorno rural, vinculadas a la movilidad, a las distancias, al aislamiento, etc., incrementan la dependencia social y económica de las mujeres e influyen en la construcción de su identidad como sujetos vulnerables frente a la violencia que contra ellas se ejerce.

Derecho de las mujeres rurales a la paz

En América Latina, ya sea como habitantes de poblaciones donde se producen enfrentamientos armados, como participantes y líderes de organizaciones sociales, como reclamantes de derechos, como productoras o poseedoras de tierras, las mujeres rurales son frecuentemente afectadas en forma diferencial por las situaciones de conflicto, y vulneradas en sus derechos fundamentales y de posesión, explotación y restitución de la tierra. Sin embargo, las mujeres suelen quedar excluidas de las conversaciones de paz. A través de ONU Mujeres, algunos estados están desarrollando Planes de Acción Nacionales (PAN) sobre las mujeres, la paz y la seguridad a fin de proporcionar una hoja de ruta para transformar las políticas nacionales existentes en materia de defensa, diplomacia y desarrollo, de forma que se eliminen los obstáculos a la participación de la mujer en los procesos de paz y seguridad.

Derecho de las mujeres rurales a peticionar ante las autoridades

El derecho a peticionar ante las autoridades está consagrado en el Artículo 14 de nuestra Constitución Nacional. Sin embargo, debido a la baja participación de las mujeres rurales en los procesos de toma de decisiones y en los cargos directivos de las organizaciones territoriales, se trata de un derecho usualmente vulnerado, que hace que sea necesario fortalecer las instancias de participación y aprendizaje sobre cómo peticionar, para lograr las mejoras necesarias en la calidad de vida de esas mujeres.

Derecho de la mujer rural a la alimentación

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación marca cada año el Día Mundial de la Alimentación el 16 de octubre, fecha en que fue fundada la Organización en 1945. La FAO estima que las mujeres producen más del 50% de los alimentos obtenidos de cultivos en todo el mundo. Algunas mujeres rurales son agricultoras por cuenta propia y hacen cultivos alimenticios principalmente para el consumo familiar. Sin embargo, este tipo de producción constituye mano de obra agrícola “invisible” en las parcelas familiares.
La seguridad alimentaria ha sido definida por la FAO no sólo en función del acceso a los alimentos y la disponibilidad de éstos, sino también de la distribución de recursos para producirlos así como de la generación de poder adquisitivo para comprarlos ahí donde no se producen. Dado el papel fundamental de las mujeres en la producción y suministro de alimentos, toda estrategia para lograr la seguridad alimentaria sostenible debe necesariamente abordar el problema de su limitado acceso a los recursos productivos.

Derecho de la mujer rural a una vida digna y a luchar por la erradicación de la pobreza

Las mujeres rurales son colaboradoras fundamentales de las economías del mundo y tienen un rol esencial en los países desarrollados y en desarrollo, incrementando la productividad agrícola y rural y la seguridad alimentaria, y ayudando a reducir los niveles de pobreza en sus comunidades. Teniendo en cuenta que el 76% de la población que vive en extrema pobreza se encuentra en zonas rurales, garantizar el acceso de las mujeres rurales a recursos agrícolas productivos empodera a las mujeres y contribuye a reducir el hambre y la pobreza en el mundo.

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