El actual presidente de la Cámara Arbitral de Cereales, el Sr. José Corva, manifestó estar muy contento con los 85 años de la Institución: “no han sido pocos y que creo que, la vida que tiene hoy la Cámara es producto de muchos años de gestión, de muchos años de Comisiones Directivas que han mantenido un rumbo que ha sido basado en la austeridad, pero a su vez de inversión, sobre todo temas en específicos de la Cámara, claves de una conducta permanente”. En ese sentido Corva destacó que “lo que somos hoy es el resultado de años de trabajo, donde si bien, no se ha tenido un crecimiento explosivo, se tuvo un crecimiento constante y eso hace que la Cámara sea reconocida entre sus pares, tanto a nivel regional como a nivel nacional, eso es valorable ya que no todas las instituciones del país han logrado esa continuidad, ese es el secreto del crecimiento y de estar siempre a la vanguardia”.
“Lamentablemente durante la pandemia, debimos reducir y aceptar una nueva realidad que fue con las limitaciones de movimiento y movilidad, además de los problemas de salud que hubo, eso impidió muchas de las actividades que esperábamos realizar en el periodo 2020 y 2021. Tengamos en cuenta que las primeras vacunaciones fueron en mayo del año 2021 con lo cual, estamos diciendo que hace un año algunos de nosotros, ni siquiera teníamos puesta una vacuna de Covid”.
De cara al futuro, anticipó “una de las cosas más importantes que estamos tratando de llevar adelante, es un trabajo de integración con la entidad hermana que es la Bolsa de Cereales de Entre Ríos”. En cuanto al objetivo destacó “buscamos hacer trabajos en conjunto, trabajando para desarrollar propuestas y llegar a los clientes y socios de ambas instituciones con una integración”, en ese sentido aclaró que tuvieron una reunión con autoridades, concretando así el inicio de este proceso de integración entre ambas instituciones.
Al momento de hacer un rescate de la historia de la Cámara, vale la pena parafrasear al historiador entrerriano Filiberto Reula, quien con meridiana claridad enunció: “Los pueblos son tantos más dueños de su destino, cuanto más saben de sí mismos, cuanto mayor es la madurez de su conciencia moral y cuanto más clara es su comprensión del presente“.
La Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos fue fundada el 6 de junio de 1937 por entrerrianos que creían firmemente en el progreso de la agricultura en Entre Ríos. Es necesario señalar que para la época en que comienza su labor la Institución en este suelo soñado por Urquiza, ya se producían alrededor de quinientas mil toneladas de trigo y doscientas mil de lino.
La actividad agrícola en nuestra provincia no fue fácil en sus principios: malezas, plagas como la langosta, suelos vírgenes pero mostrando la acción de hormigueros y otras alimañas, prácticas de cultivo primarias y con elementos de trabajo escasos y en la mayoría de los casos fruto de artesanos lugareños, sin técnicos, sin los agro insumos. Un escenario que fue modificándose y creciendo lentamente, pero firme a cada paso.
La fundación
Según rescatan los archivos de la Institución, hay una fecha importante que precede al propio acto fundacional, y es el 18 de abril de 1937. En esa fecha se realizó una reunión preparatoria que figura en el Libro de Actas correspondiente. El lugar elegido fue el Centro Comercial de Paraná, ubicado en calle 25 de Mayo, frente a la Plaza 1º de Mayo y en los altos del Cine Mayo. La convocatoria fue realizada por el Ministerio de Agricultura de la Nación, la Comisión Nacional de Granos y Elevadores y el Gobierno de la Provincia de Entre Ríos.
Los registros históricos señalan que antiguamente se habían registrado dos tentativas para llevar adelante el proyecto de fundar una Cámara Arbitral de Cereales: una se origina en el gobierno del Dr. Herminio Quiróz y la segunda estuvo a cargo del gobernador Dr. Luis L. Etchevehere, impulsado por su ministro de Hacienda, Dr. Bernardino C. Horne. En este caso, tanto Etchevehere como Horne marcaron su impronta, no sólo a través de este emprendimiento que no pudieron concretar en su tiempo, sino en la creación de otros organismos de gran proyección, como fue el Banco de Entre Ríos, fundado en la idea de servir particularmente a los productores agropecuarios de nuestra provincia.
Un detalle para tener en cuenta respecto al escenario agrícola allá por 1937: Entre Ríos cosechaba 500.000 toneladas de trigo -la producción en el ciclo 2021/22 fue de 1.890.320 toneladas- y 200.000 toneladas de lino -en la última campaña la producción fue de solamente 9.065 toneladas-; con estas cifras resulta obvio que hubiese entrerrianos preocupados por el desarrollo agrícola y lo que implicaba.
La Asamblea preparatoria
La asamblea preparatoria transcurrió en un clima de gran interés donde se habló largamente sobre el funcionamiento de una Cámara Arbitral de Cereales, expuso sobre el tema el ingeniero Alfredo Parcel, quien tuvo a su cargo la Secretaría. Luego de lograrse unánime consentimiento para proceder en orden a la convocatoria formulada, se eligen las Comisiones de Estatuto y Propaganda, las que se integran de la siguiente manera:
Estatutos: Ingeniero Silvio Spangemberg; Ingeniero Alfredo Parcel; Ingeniero Abel Goytía;Ignacio Rullansky y Osías Jaroslavsky.
Propaganda: Alberto Marangunich; Sr. Alejandro Rosenbrock; Ingeniero José A. Jaroslavsky; Kiva Gavay; José
María Aranguren; Eduardo Casanova y Juan Stagnaro .
Hay detalles de esta Asamblea preparatoria que dejan en evidencia la preocupación y el interés que aquellos hombres forjadores de la Cámara exhibían sobre la problemática general de la provincia vinculada al crecimiento granario que venía observándose, es así que en ese marco se propone la continuación del ramal férreo María Grande-Paraná hasta Bajada Grande, propiciando en ese lugar la construcción de un Puerto de ultramar y elevador de granos.
Nómina completa de los concurrentes a esta asamblea: Roberto Lanus, Dr. Sebastián Mundani, Dr. Luis M. Rodriguez, Dr. José C. Predolini Parera, Ingeniero Agrónomo Alfredo Parcel, Ingeniero Abel Goytía, Juan M. Monti, Dr. Osvaldo Calderón, Ingeniero Silvio Spangemberg, Hugo Bertellotti, Alberto Marangunich, José María Aranguren, Osías Jaroslavsky, Dr. Casimiro Olmos, Juan C. Negri, Dr. Ramón Parera, Alfredo Martínez, Crisanto García, Federico T. Francke, Salarí Spíndola, Amaro Etienot, Sebastián Jávega, Raúl C. Muñoz, Alejandro Rosenbrock, Juan Casablanca, Octavio Carlevaro, N. Morressi, Belisario Núñez, Manuel Basaldua, Ing . José A. Jaroslavsky, Domingo Guinberg, José Batriti, José Jaroslavsky, José M. Zabala, León Jaroslavsky, José M. Schepens, Ignacio Crespo, Natalio Gigner, José Ríos, Damián Aranguren, Isidoro Lichstchein, Juan A. Stagnaro, José E. Zaccagnini, José M. de Elía, Dr. Domingo Machado.
En total, 45 voluntades que sentaron las bases para la realización de la posterior Asamblea fundacional.
La Asamblea fundacional
Se llevó a cabo el 6 de junio de 1937 en la sede del Centro Comercial de Paraná con la presidencia del Dr. José Carlos Predolini Parera, recibiéndose 104 adhesiones en total, postulando la creación de la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos. Toda la provincia estuvo representada a nivel de las adhesiones y presencias, es decir que el ámbito entrerriano en su conjunto estaba de acuerdo de llevar adelante un antiguo proyecto que por fin se hacía realidad.
Participaron en la Asamblea Fundacional: Dr. José Predolini Parera, Ingeniero Agrónomo Alfredo Parcel, Ingeniero Agrónomo Abel Goytía , Dr. Casimiro Olmos, Alejandro Rosenbrock, José Zabala, Osías Jaros lavsky, Dr. José María Aranguren, Juan Stagnaro, Adolfo Bronstein, Pedro Bisheimer, Santiago Stieben, Dr. Juan Monti, Sr. Rafael Schroeder, Rafael Kemmerer, Jacobo Embon , Juan Devetac, Antonio Sierra,Ulises Nussbaum, Mauricio Pascaner, José Jaroslavsky, León Jaroslavsky, Jacobo Aisemberg, Amaro Etiennot, Federico T. Franche, Mauricio Kominsky, Ignacio Rullansky, Eduardo Casanova , Isaac M. Padin, Ing. José A. Jaroslavsky, Máximo Spiguelman, Alberto Marangunich, León Yugnovsky, Santiago V. Saccani, Kiva Gabay, Guillermo Scartacini, Floriano Klein, Isidoro Lichtschein, José Zelinger.
El acta labrada ese día no es muy explícita, ni contiene una relación ajustada a su desarrollo. De esta forma la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos, se abría un largo camino, transformándose en un nuevo instrumento al servicio de los productores.
Un comienzo muy austero
Uno de los primeros gestos manifestados en el mismo momento de la fundación, fue la donación efectivizada por el señor Osías Jaroslavsky, quien adelanta el importe total para adquirir una máquina destinada a determinar la humedad en el maíz.
Días más tarde de la fundación, exactamente el 19 de junio, se ofrece la organización de la entidad, al señor Isidoro Lichstchein, al que se le fija un sueldo de 150 pesos mensuales. La Cámara se inicia en el marco de una pobreza franciscana: no tenía un solo peso, por ello es que se resuelve cobrar adelantado a los socios las seis primeras cuotas.
La preocupación mayor de la Comisión Directiva fue la de asociar a la mayor cantidad de empresas y personas vinculadas al sector y en julio de 1937 hacen su ingreso los primeros socios: Alcedo, Barredo y Cía. de Nogoyá, Bunge y Born Ltda. de Paraná, Viuda de Carlos Barbiero e Hijos de Rosario del Tala, Adolfo Bronstein de Estación Racedo, Miguel Carschemboim de Estación Viale, Sociedad Cooperativa la Vencedora de Villa Elisa, etc.
El año que no hubo semilla de trigo en Entre Ríos
Una de tantas anécdotas que hicieron hito sucedió en marzo de 1945, ese año no había semilla de trigo suficiente en la provincia para la siembra de invierno. Se dice y consta en Actas que “nadie sabe nada de dónde podrá venir la semilla y por lo tanto los colonos no han comenzado a preparar la tierra, y sería muy necesario llevar un poco de optimismo a la gente, al mismo tiempo de ver de concretar la posibilidad de hacer llegar a tiempo la semilla”. Como solución la Cámara propone el transporte de semilla de otra provincia, trigo que estaba en poder de la Junta Reguladora de Granos.
La actualidad
En los últimos años la Institución ha emprendido importantes trabajos que comprenden la remodelación total del edificio. Actualmente los laboratorios cuentan con una gran tecnología posicionándolos entre los más confiables y avanzados en la región.
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