Sin embargo, debido al cambio climático y la actividad humana, nuestros suelos se están degradando. La erosión y una inadecuada gestión del mismo altera el equilibrio natural de la tierra, desaprovechando recursos hídricos y reduciendo el nivel de vitaminas y nutrientes de los alimentos que producimos.
Las prácticas sostenibles de gestión del suelo, como la labranza mínima, la rotación de cultivos, la adición de materia orgánica y los cultivos de cobertura, mejoran la salud del suelo, reducen la erosión y la contaminación y mejoran la infiltración y el almacenamiento del agua. Estas prácticas también preservan la biodiversidad del suelo, mejoran la fertilidad y contribuyen a la retención de carbono, desempeñando un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.
En el Día Mundial del Suelo 2024, el tema “Cuidar los suelos: medir, monitorear, gestionar” destaca la importancia de contar con datos e información precisos sobre el suelo para comprender sus características y apoyar la toma de decisiones informadas sobre el manejo sostenible del suelo para garantizar la disponibilidad global de alimentos.
El origen del día internacional
El Día Mundial del Suelo (WSD) se celebra anualmente cada 5 de diciembre desde 2014, año en el que la ONU designó esta fecha a propuesta de la FAO un año atrás. Se decidió el 5 de diciembre porque coincidía con el cumpleaños del Rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, querido monarca fallecido en 2016 y uno de los grandes promotores de esta idea.
Pero sus orígenes se remontan a 2002 gracias al impulso de la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS), la cual propuso este evento en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo, un foro colaborativo surgido ante la necesidad de compartir experiencias sostenibles para recuperar un suelo que pensábamos era un recurso infinito.
¿Sabías que…?
- Pueden ser necesarios hasta 1.000 años para producir sólo 2-3 cm de suelo.
- Se podría producir hasta un 58% más de alimentos mediante la gestión sostenible del suelo.
- La producción agrícola tendrá que aumentar un 60% para satisfacer la demanda mundial de alimentos en 2050.
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