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Establecen límites máximos de toxinas cancerígenas para alimentos: las empresas tienen dos años para cumplir la exigencia

Establecen límites máximos de toxinas cancerígenas para alimentos a base de cereales. También comprende al café y las pasas de uvas. Las empresas alimentarias argentinas cuentan con un plazo de dos años para asegurar el cumplimiento de un nuevo límite máximo de toxinas perjudiciales para la salud.

Por medio de la resolución conjunta 22/19 de la Secretaría de Regulación y Gestión Sanitaria y la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía –publicada el 22 de julio en el Boletín Oficial– se determinó que los alimentos a base de cereales para lactantes y niños pequeños deben contener un máximo de 200 microgramos por kilogramo de deoxinivalenol (DON), mientras que para la harina y sémola de maíz y la harina, sémola, hojuelas y copos de trigo el mismo será de 1000 microgramos por kilo (μg/kg).

DON es una micotoxina que presenta síntomas de toxicidad aguda y subaguda, principalmente vómitos, rechazo a la comida (síndrome anoréxico), pérdida de peso y diarrea.

Teniendo en cuenta la severidad de las lesiones crónicas causadas por la exposición crónica a DON –especialmente el cáncer–, las micotoxinas presentan mayor riesgo tóxico que los contaminantes antropogénicos ( aquellos producidos por los humanos, uno de las mas importantes son industriales), aditivos alimentarios (ver aparte) y plaguicidas.

En lo que respecta a las fumonisinas (FB), la resolución 22/19 estableció un límite máximo de 2000 μg/kg en harina y sémola de maíz. Existe una relación epidemiológica entre el consumo sistemático de alimentos contaminados con fumonisinas y cáncer de esófago, cáncer de hígado, defectos neuronales e intoxicación aguda.

Además se determinó, en el caso de la ocratoxina (OTA), un límite máximo de hasta 0,5 μg/kg en alimentos a base de cereales para lactantes y niños pequeños; de 3,0 μg/kg en harina y sémola de maíz; harina, sémola, hojuelas y copos de trigo; de 5,0 μg/kg en el café tostado y de 10 μg/kg en las pasas de uvas.

OTA, una micotoxina presente en una variada gama de alimentos (cereales, mosto, vino, café, cacao, pasas de uvas, especias y cerveza, entre otros), se encuentra incluida como posible carcinógeno para el ser humano (grupo 2B) según el International Agency for Research on Cancer.

En los fundamentos de la resolución 22/19 se indica que “actualmente las exigencias internacionales en materia alimentaria son cada vez mayores, las legislaciones establecen parámetros para estos contaminantes cada vez más estrictos, en procura de ejecutar políticas que aseguren un elevado nivel de protección de la vida y salud de las personas asegurando el consumo de alimentos inocuos y de calidad”.

La resolución 22/19 otorga “a las empresas un plazo de veinticuatro meses, a partir de la entrada en vigencia de la presente resolución, para su adecuación”. La misma entra en vigencia el  23 de julio.

El Código Alimentario Argentino establece en la actualidad un límite máximo de 20 μg/kg de aflatoxinas en leche en polvo, maíz en grano, sémola y harina de maíz, maní y pasta de maní. En el caso de alimentos para lactantes y fórmulas lácteas, los mismo deben estar libres de aflatoxinas.

Estos son los 12 aditivos alimentarios más perjudiciales para nuestra salud

1.- Nitratos y nitritos: son agentes que se utilizan como colorantes, savorizantes y para alargar la vida útil del producto. Se añaden a productos cárnicos. Los nitritos, que se pueden formar a partir de nitratos, reaccionan de forma natural ante unas proteínas llamadas aminas. Esta reacción puede provocar la formación de nitrosaminas, las cuales tienen acción carcinógena. Los nitritos se han asociado al cáncer de estómago, esófago, cerebro y del tiroides. Si compras productos de este tipo, lee bien las etiquetas para que no contengan nitratos ni nitritos.

2.- Bromato de potasio: es un agente que se usa en panes y otros productos de panadería para ayudar a subir la masa durante el horneado. Está listado como carcinógeno y prohibído en algunos países. Puede causar diferentes tipos de tumores, toxicidad en los riñones y daña el ADN.

3.- Propilparabeno: el parabeno es un disruptor endocrino, es decir, causa daños muy graves en nuestras hormonas. Hay estudios en ratas que mostraban un descenso del esperma y de testosterona. El propilparabeno actúa en nuestro cuerpo como un estrógeno sintético. Es capaz de alterar la experisión de los genes incluyendo aquellos de las células del cáncer de mama. De hecho, el propilparabeno acelera el crecimiento de las células tumorales de las mamas. También está asociado a la infertilidad en mujeres. El propilparabeno se utiliza en tortillas, magdalenas o muffins, productos lácteos, bebidas, etc. Lee la etiqueta y evita los productos que lo contengan.

4.- Butirato de hidroxianisol: aunque está clasificado como un posible carcinógeno por la agencia internacional del cáncer. En estudios en animales ha causado diferentes tipos de tumores. Además en Europa está clasificado como un disruptor endocrino. Es capaz de bajar los niveles de testosterona y de la hormona tiroidea tiroxina. Afecta perjudicialmente al esperma y a los órganos reproductores. Este agente se encuentra en patatas fritas y en carnes. También se usa para saborizar cualquier producto. De nuevo, lee la etiqueta.

5.- Butilato hidroxitolueno: se añade a los alimentos por su efecto preservador sobre éstos. Estudios llevados a cabo con este agente han concluido que causa tumores, en concreto las ratas a las que se suministró este agente desarrollaron cáncer de pulmón y de hígado. Además causa cambios en la hormona tiroidea, siendo otro disruptor endocrino. También perjudica la corrdinación.

6.- Propilgalato: se utiliza como conservante en productos que contienen grasas. Un estudio del programa nacional de toxicología de EEUU lo asocia con tumores en ratas. También se sospecha que puede actuar como disruptor endocrino por su actividad estrógena.

7.- Teobromina: es un alcaloide que se encuentra de forma natural en el cacao con un efecto similar a la cafeína. Se utiliza en multitud de productos incluyendo el pan, cereales y bebidas deportivas. Los animales expuestos a este alcaloide tuvieron alteración del aparato reproductor y problemas del desarrollo.

8.- Saborizantes: se suele detallar en la etiqueta o bien como saborizante o como sabor natural. Están en más de 80.000 productos alimentarios. En ocasiones, las mezclas de los saborizantes son muy complejas y un solo producto puede llegar a contener hasta 100 agentes diferentes. Puede que te sorprendas al saber que el sabor natural que vemos en la etiqueta contiene agentes químicos sintéticos como propilenoglicol o BHA. Los extractos de sabores en muchas ocasiones provienen de transgénicos.

9.- Colorantes artificiales: se utilizan para hacer más atractivos visualmente a los productos. No añaden ningún valor nutricional. Las alarmas saltaron cuando se analizaron y se comprobó que, por ejemplo, los colores caramelo contenían contaminantes muy dañinos que pueden causar tumores. También pueden estar contaminados por furanos, asociados con cáncer. También hay estudios sobre cómo afectan los colorantes artificiales al comportamiento de los niños, pudiéndose observar que la mezcla de estos agentes se asociada la hiperactividad y a la falta de atención.

10.- Diacetilo: se utilizar para dar sabor a las palomitas con mantequilla de microondas. Está asociado con daños severos e irreversibles en los pulmones, en concreco con bronquiolitis obliterante, que produce una inflamación crónica de las vías respiratorias. El diacetilo se usa también en yogures y quesos.

11.- Fosfatos: son unos de los aditivos más utilizados. Están en más de 20.000 productos alimenticios. Para personas con problemas de riñones pueden resultar muy perjudiciales, estando asociados a problemas cardiovascuales y muerte. Otro estudio llevado a cabo durante 15 años mostró una asociación directa entre los fosfatos y los daños graves en el corazón.

12.- Aluminio: El aluminio se acumula en nuestro cuerpo principalmente en los huesos. El aluminio se usa en la industria alimentaria como estabilizador. Animales expuestos a aluminio sufrieron cambios neurológicos como alteraciones del comportamiento, dificultades en el aprendizaje o en la respuesta motora.

Resolución completa 

Fuente: ValorSoja /MundoRural

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