Dios en la Tierra

Hoy el Papa dará Bendición Urbi et Orbi extraordinaria y se podrá ganar indulgencia plenaria

Hoy viernes 27 de marzo el Papa Francisco dará a las 06:00 p.m. de Roma / 14:00 p.m. de Argentina  la bendición Urbi et Orbi –a la ciudad y al mundo– ante una Plaza de San Pedro que estará vacía debido a la pandemia del coronavirus, pero que será una oportunidad para los fieles de obtener la indulgencia plenaria si siguen la transmisión por los medios de comunicación.

“Presidiré un momento de oración en el atrio de la Basílica de San Pedro. Con la plaza vacía. Desde ahora invito a todos a participar espiritualmente a través de los medios de comunicación. Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra súplica, adoraremos al Santísimo Sacramento, con el cual al término daré la bendición Urbi et Orbi y a la cual se añadirá la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria”, indicó el Papa el domingo 21.

Se tratará de una bendición Urbi et Orbi extraordinaria, pues los pontífices suelen impartirla solo el 25 de diciembre y el Domingo de Pascua.

El Catecismo de la Iglesia Católica explica que la indulgencia “es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos”.

Las indulgencias, que pueden ser parciales o plenarias, pueden obtenerse para uno mismo o para el alma de un difunto. No se puede ganar una para otra persona viva.

Para ganar la indulgencia plenaria hay que cumplir tres condiciones: confesión de los pecados, recibir la Sagrada Comunión y orar por las intenciones del Papa. Esta oración, indica el Vaticano, “queda a elección de los fieles, pero se sugiere un ‘Padrenuestro’ y un ‘Avemaría’”.

El Vaticano precisa además que “es conveniente, pero no necesario, que la confesión sacramental, y especialmente la sagrada Comunión y la oración por las intenciones del Papa, se hagan el mismo día en que se realiza la obra indulgenciada; pero es suficiente que estos sagrados ritos y oraciones se realicen dentro de algunos días (unos veinte) antes o después del acto indulgenciado”.

Trasladan Cristo milagroso a Plaza de San Pedro para Urbi et Orbi del Papa Francisco

Esta escultura fue venerada como milagrosa por los romanos después de ser la única imagen religiosa que quedó ilesa tras el incendio que destruyó completamente la iglesia el 23 de mayo de 1519.

Menos de tres años después, Roma fue devastada por la “peste negra”. A pedido de los fieles, el Cristo milagroso fue llevado en procesión desde el convento de los Siervos de María en Vía del Corso hasta la Plaza de San Pedro, deteniéndose en todos los barrios romanos. La procesión duró 16 días, del 4 al 20 de agosto de 1522. Cuando el crucifijo fue devuelto a San Marcelo, la plaga había desaparecido por completo de la ciudad.

Desde esa fecha, el Cristo milagroso ha sido llevado en procesión a San Pedro cada año sagrado, alrededor de cada 50 años.

Actualmente el crucifijo tiene grabado en su parte posterior el nombre de cada uno de los Papas que presenciaron las procesiones. El último nombre grabado es el del Papa San Juan Pablo II, que abrazó el Crucifijo durante el “Día del Perdón”, en el marco del Jubileo del 2000.

Indulgencia plenaria

“La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que los fieles, debidamente dispuestos y bajo ciertas condiciones, adquieren por la intervención de la Iglesia, la cual, como ministro de la redención, dispensa y aplica con autoridad el tesoro de la satisfacción de Cristo y de los Santos”, dice el Catecismo de la Iglesia Católica. La Iglesia tiene el poder de perdonar todos los pecados, pero hay consecuencias de estos pecados en esta vida y en la otra, explica el biblista Don Francesco Voltaggio.

La indulgencia plenaria se llama así porque perdona todas las consecuencias del pecado a diferencia de la indulgencia parcial. En este momento, la indulgencia plenaria se concede según el reciente decreto de la Penitenciaría Apostólica, que prevé la posibilidad de recibirla en forma extraordinaria respecto a lo que se requiere ordinariamente, particularmente en lo que se refiere al sacramento de la confesión y la Eucaristía. Esta gracia se concede tanto a los fieles que sufren del Coronavirus como a los que los asisten, en primer lugar, a sus familias y a los trabajadores sanitarios, y a todos los fieles que rezan por los enfermos, en condiciones ligeramente diferentes, ilustradas en el decreto de la misma Penitenciaría. “Es una gracia que responde al momento que todos vivimos, para ayudar a todos a descubrir que Cristo se hace presente en la enfermedad, en el miedo y en la debilidad del hombre, como el buen samaritano”, subrayó el canonista Don Antonio Interguglielmi.

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