Dios en la Tierra

Hoy es la fiesta de San Isidro Labrador, patrono de los agricultores

15 de mayo de 2022.V Domingo de Pascua. El santoral recuerda a San Isidro Labrador. Reflexión del Padre Alfredo Nicola. 

San Isidro nació en 1082 en el seno de una familia de campesinos muy pobres. Por este motivo, no recibió educación alguna que no sea la que debe recibirse primero en una familia: el amor a Dios, la caridad con el prójimo, y la importancia de la oración y los sacramentos. Quedó huérfano muy pequeño y a los 10 años comenzó a trabajar como peón de campo en una finca cerca de Madrid (España). Años más tarde, contrajo matrimonio con María de la Cabeza, quien llegaría también a ser santa.

San Isidro empezaba cada jornada asistiendo a Misa muy temprano. Sin embargo, a veces, por ese motivo, se retrasaba un poco en llegar al campo a trabajar. Sin querer despertó la cólera de varios de sus compañeros, quienes lo acusaron con el patrón de holgazán.

El dueño de las tierras verificó que la acusación era cierta -el Santo sí solía retrasarse un poco- pero quedó impactado al ver que, mientras Isidro no llegaba, los bueyes con los que trabajaba movían el arado como si él los estuviera guiando. Así, corrió el rumor de que mientras Isidro estaba en Misa, un ángel cubría su puesto en el campo.

Cuando los musulmanes invadieron la ciudad, muchos católicos se vieron obligados a huir a zonas más apartadas. San isidro fue uno de ellos y por eso experimentó el sufrimiento de los migrantes y las necesidades por las que pasa quien tiene que trabajar en un lugar desconocido. Aún así, Isidro visitaba a pobres y enfermos, sin descuidar a su esposa e hijo, con los que se le veía pasear de vez en cuando por los campos. Se dice que un día, el niño cayó con una canasta a un pozo muy profundo. Los santos esposos corrieron a ayudarlo pero no encontraban la forma de rescatar al muchacho. Entonces, se arrodillaron a rezar con tanta fe que las aguas del pozo empezaron a subir y el pequeño apareció en la superficie dentro de la canasta, sano y salvo.

Al retornar a Madrid, San Isidro volvió a trabajar en una finca y, previsiblemente, dada su forma de ser, los otros peones lo acusaron de laborar menos que todos; la razón: andar rezando y quedarse mucho tiempo en el templo. Grande fue la lección que recibieron sus acusadores cuando se hizo el inventario: la parcela a cargo del Santo produjo el doble que las de los demás.

San Isidro murió el 30 de noviembre de 1172. Su fiesta se celebra cada 15 de mayo y la de su esposa, Santa María de la Cabeza, el 9 de septiembre. San Isidro es patrono de Madrid.

Evangelio de hoy 

Libro de los Hechos de los Apóstoles
14, 21b – 27.

Después de haber evangelizado esta ciudad y haber hecho numerosos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía de Pisidia.
Confortaron a sus discípulos y los exhortaron a perseverar en la fe, recordándoles que es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios.
En cada comunidad establecieron presbíteros, y con oración y ayuno, los encomendaron al Señor en el que habían creído.
Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia.
Luego anunciaron la Palabra en Perge y descendieron a Atalía.
Allí se embarcaron para Antioquía, donde habían sido encomendados a la gracia de Dios para realizar la misión que acababan de cumplir.
A su llegada, convocaron a los miembros de la Iglesia y les contaron todo lo que Dios había hecho con ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los paganos.

Salmo 145 (144)

El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.

Lectura del libro del Apocalipsis
21, 1 – 5a.

Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe más.
Vi la Ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo y venía de Dios, embellecida como una novia preparada para recibir a su esposo.
Y oí una voz potente que decía desde el trono: “Esta es la morada de Dios entre los hombres: él habitará con ellos, ellos serán su pueblo, y el mismo Dios estará con ellos.
El secará todas sus lágrimas, y no habrá más muerte, ni pena, ni queja, ni dolor, porque todo lo de antes pasó”.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: “Yo hago nuevas todas las cosas”. Y agregó: “Escribe que estas palabras son verdaderas y dignas de crédito.

Evangelio según San Juan
13, 31 – 33a. 34 – 35.

Después que Judas salió, Jesús dijo: “Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden venir’.
Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros”.

Extraído de la versión el Libro del Pueblo de Dios

Propósitos

La Pascua se define desde el amor que ponemos cada día. El amor resucita relaciones, vínculos, momentos, cosas lindas que sanan y recrean. Amarse y amar a otros con cosas y momentos concretos es la tarea pascual.
¡Amén y adelante!

P. Alfredo Nicola
(Argentina)

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