Dios en la Tierra

Hoy se celebra a Santa Catalina de Alejandría, patrona de los estudiantes

25 de noviembre. Jueves de la trigésimo cuarta semana del Tiempo Ordinario. El santoral recuerda a Santa Catalina de Alejandría y San Mercurio de Cesárea, Evangelio de hoy.

Lecturas del día:

Primera Lectura
Eclesiástico 50:22-24
22
Y ahora bendecid al Dios del universo, el que por todas partes hace grandes cosas, el que exaltó nuestros días desde el seno materno, y que nos trata según su misericordia.
23
Que nos dé contento de corazón, y que haya paz en nuestros días en Israel por los siglos de los siglos.
24
Que su misericordia sea fiel con nosotros y en nuestros días nos rescate.
Salmo Responsorial
Salmo 138:1-5
1
De David. Te doy gracias, Yahveh, de todo corazón, pues tú has escuchado las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles salmodio para ti,
2
hacia tu santo Templo me prosterno. Doy gracias a tu nombre por tu amor y tu verdad, pues tu promesa ha superado tu renombre.
3
El día en que grité, tú me escuchaste, aumentaste la fuerza en mi alma.
4
Te dan gracias, Yahveh, todos los reyes de la tierra, porque oyen las promesas de tu boca;
5
y cantan los caminos de Yahveh: «¡Qué grande la gloria de Yahveh!
Segunda Lectura
I Corintios 1:3-9
3
gracia a vosotros y paz de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.
4
Doy gracias a Dios sin cesar por vosotros, a causa de la gracia de Dios que os ha sido otorgada en Cristo Jesús,
5
pues en él habéis sido enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento,
6
en la medida en que se ha consolidado entre vosotros el testimonio de Cristo.
7
Así, ya no os falta ningún don de gracia a los que esperáis la Revelación de nuestro Señor Jesucristo.
8
El os fortalecerá hasta el fin para que seáis irreprensibles en el Día de nuestro Señor Jesucristo.
9
Pues fiel es Dios, por quien habéis sido llamados a la comunión con su hijo Jesucristo, Señor nuestro.
Evangelio
Lucas 17:11-19
11
Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre Samaría y Galilea,
12
y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, que se pararon a distancia
13
y, levantando la voz, dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!»
14
Al verlos, les dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes.» Y sucedió que, mientras iban, quedaron limpios.
15
Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando a Dios en alta voz;
16
y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le daba gracias; y éste era un samaritano.
17
Tomó la palabra Jesús y dijo: «¿No quedaron limpios los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
18
¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?»
19
Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado.»

Hoy se celebra a Santa Catalina de Alejandría, patrona de solteras y estudiantes

Hoy, 25 de noviembre, la Iglesia Católica recuerda a Santa Catalina de Alejandría. Ella es la patrona de los filósofos, las estudiantes, las mujeres solteras y de los oficios que se relacionan con el uso de la rueda.

La tradición recoge sus palabras antes de entregar la vida en el martirio:

“¡Señor Jesús, te suplico me escuches, a mí y a cuantos a la hora de su muerte, recordando mi martirio, invoquen tu nombre!”.

Catalina vivió en el siglo IV, pero no sería hasta dos siglos después que su culto se extendería por toda Europa, llegando a ser muy popular.

Santa Catalina de Alejandría nació en Egipto, en el seno de una familia noble, hacia el año 290. Fue hija del rey Costo y desde muy pequeña destacó por su inteligencia. Como tuvo la oportunidad de recibir educación, su habilidad y perspicacia la llevaron a codearse con filósofos y poetas. Su conversión empezó con un sueño en el que se le apareció Jesús. A partir de entonces, Catalina decidió acercarse al cristianismo y aprender su doctrina. Poco a poco Iniciado el camino de la fe, la joven quiso consagrar su vida al Señor.

La verdad contra todo un imperio

En el año 310, el emperador romano Majencio visitó Alejandría, ciudad donde vivía la santa, para presidir las ceremonias dedicadas a los dioses y ordenó que se ofrecieran sacrificios. Cuando le tocó el turno, Catalina se negó a hacerlo y en vez de entregar una ofrenda se santiguó delante del Emperador. Este, enfurecido, la mandó llamar. Una vez que fue llevada a su presencia, Majencio cuestionó su conducta. Acto seguido, Catalina lo retó a debatir sobre el Dios verdadero. Tal fue la contundencia de las palabras de la santa que el emperador quedó impresionado por su sabiduría y belleza. Entonces, mandó llamar a un grupo de sabios para que debatan con ella. Cuando se llevó a cabo la confrontación, Catalina no solo logró salir airosa de los cuestionamientos de los sabios, sino que argumentó con tal excelencia sobre Dios que ellos decidieron abrazar aquella sabiduría que la santa poseía. Como muchos otros que conocieron a Santa Catalina, también ellos se hicieron cristianos. El Emperador, al enterarse de lo sucedido, ordenó que los sabios fueran ejecutados.

Majencio, en plan de darle a Catalina una última oportunidad, le propuso que fuera una de las doncellas acompañantes de la emperatriz. Ella rechazó la oferta, por lo que fue azotada y encerrada en un calabozo, sin alimento. La mujer del emperador, conmovida, la visitó en su celda en compañía de uno de sus generales, Porfirio, y fueron testigos de la aparición de unos ángeles que acompañaban y curaban las heridas de Catalina. La joven les explicó que aquello venía de Dios, siempre compasivo y misericordioso, les habló de la doctrina cristiana y ellos convirtieron sus corazones al Señor.

Martirio

El emperador consideró esto como la mayor de las afrentas y la mandó torturar. Un grupo de soldados construyó un artefacto que tenía una rueda con clavos y cuchillas. Cuando sujetaron a Catalina, ella oró al Señor y el artificio saltó en pedazos. El siguiente recurso fue condenarla a muerte por decapitación. El golpe de la espada del verdugo cercenó su cabeza, pero su cuerpo no llegó a ser profanado porque unos ángeles trasladaron sus restos al Monte Sinaí.

Dos siglos más tarde, el Emperador Justiniano, quien era cristiano, erigió el monasterio de Santa Catalina, en honor a la joven mártir, considerado uno de los monasterios más antiguos del mundo.

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