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La bajante del río Paraná afecta la logística de los puertos del Gran Rosario

En la costa de Rosario, hay una franja de barro de 30 metrosEn la costa de Rosario, hay una franja de barro de 30 metros - Fuente: LA NACION - Crédito: Marcelo Manera
Los buques cerealeros no completan la carga por el riesgo de encallarse; no esperan lluvias en las próximas semanas.

La bajante del río Paraná, que en Rosario llegó ayer a la altura de 1,83 metros, empezó a preocupar no solo a los usuarios de lanchas y veleros, que a causa de este problema no pueden salir de las guarderías náuticas con sus embarcaciones, sino también a los grandes buques que vienen a esta zona a cargar granos a los puertos para exportarlos a distintos lugares del mundo. Por la escasez de agua, los buques salen con menos soja.

La bajante se hace notoria en la costa rosarina, donde la playa en la zona del balneario La Florida dejó al descubierto una franja de barro de más de 30 metros. En la rambla ocurre lo mismo. Los kayakistas están obligados a caminar sobre ese terreno fangoso hasta llegar al agua marrón del Paraná, donde pueden subirse a sus botes.

En la desembocadura del arroyo Ludueña y el Paraná quedaron parte del lecho a la vista y algunos barcos encallados entre la arena y el barro, esa mezcla tan litoraleña de la que hablaba el poeta Juan L. Ortiz.

La bajante estacionaria del Paraná se siente con fuerza en la zona de Rosario, donde el río marcaba 1,83 de altura ayer, con tendencia estacionaria pero con chances de bajar un poco más teniendo en cuenta los registros de las ciudades más cercanas ubicadas al norte de la cuenca, todas con tendencia a la baja por ahora.

Ese valor se ubica bastante por debajo del promedio histórico de la altura del río para el mes de agosto, que es de 3,07 metros según las mediciones que se realizan desde 1994. La tendencia a la baja comenzó a finales de junio y se aceleró en las últimas semanas, aunque según el último informe del Instituto Nacional del Agua emitido la semana pasada, el caudal debería recuperarse un poco en las próximas semanas para llegar a una altura aproximada de 2,05 metros.

Desde la Prefectura Naval señalaron que “los buques no pueden cargar la totalidad de lo que tenían previsto en sus contratos comerciales”. Advirtieron a los medios que “la altura mínima de agua para poder despachar los barcos depende de cada embarcación y está determinada por cuestiones de seguridad. Cuanta mayor carga, mayor hundimiento del casco se produce, lo que llamamos mayor calado. Hoy estamos por debajo del mínimo recomendado para muchas embarcaciones con carga total, por lo que están zarpando con cantidades menores a su capacidad”.

El fin de semana pasado el buque de carga Cassiopeia Ocean, que estaba varado desde hacía cinco días en el río Paraná, a la altura de Punta Alvear, al sur de Rosario, logró ser removido luego de que complicara el tránsito fluvial. En esa zona del río es frecuente que en épocas de bajante queden los barcos varados.

Según detalló LA NACION, el buque fue remolcado tras “zafar” de la varadura. El barco se dirigió a la rada de General Lagos, en tanto que se inició un relevamiento del río para determinar el momento de la normalización de la navegación por el Paraná.

Foto: Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas

Pérdidas

En declaraciones a Radio Continental, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), cuantificó en más de 100 los buques detenidos por el barco que logró reflotarse y en más de 3 millones de toneladas la mercadería que quedó comprometida entre granos, harinas y aceites.

Agregó que este problema representó “costos fenomenales” para el sector de los exportadores. En algunas empresas hablan de que el costo diario de la inmovilización es de hasta 50.000 dólares. De acuerdo con información publicada en la página de internet de la Bolsa de Comercio de Rosario, hasta el 30 de septiembre hay cargas programadas de buques en la región por 3.490.291 toneladas. De esa cifra, 1.611.745 toneladas son harinas; 1.204.306 toneladas, maíz, y 323.900 toneladas, soja, entre otros productos. Según otro operador comercial, más allá del problema que se generó con el buque, la situación podría agravarse por la baja misma del Paraná. “No hay lluvias en el norte en el corto plazo [que puedan aliviar] la situación”, indicó.

Fuente : La Nación – Por: Germán de los Santos con la colaboración de Fernando Bertello

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