En la provincia de Entre Ríos se comenzó la implantación de arroz correspondiente al ciclo agrícola 2022/23.
El SIBER determinó una intención de siembra que se posiciona alrededor de las 52.000 ha, lo cual representaría una caída interanual del 20 %. De concretarse esta tendencia, la superficie sembrada con el cereal podría llegar a ser la más baja de los últimos 22 años.
Dentro de los factores que desalientan la implantación del cereal se destacan:
– Altos costos productivos, fundamentalmente en la zona de riego por pozos profundos y con el empleo de combustible fósil, que requieren un rendimiento de indiferencia superior a los 8.500 kg/ha para recuperar la inversión, es decir, que en general hay un contexto de márgenes brutos negativos
– Temor por posibles aumentos en los combustibles y en la energía eléctrica
– Las represas no están actualmente al máximo de su capacidad, este año los productores no piensan arriesgar a sembrar más de lo que actualmente pueden llegar a irrigar
– Elevados precios de los arrendamientos
– En la zona de riego por ríos y arroyos persisten los mismos inconvenientes del ciclo 2021/22 debido a la bajante del río Paraná
– Altos costos de los fertilizantes
– A pesar de que a nivel internacional hay señales de que la cotización del arroz experimentaría un alza en el precio, a nivel local, los precios no son atractivos
Como resultado de este escenario complejo, los productores han optado por reemplazar el arroz por otros cultivos o bien por la producción ganadera.
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