Agricultura Destacada

Los pronósticos climáticos “no presentan ningún alivio” para la sequía histórica en Entre Ríos

Soja afectada por la sequía.
La situación de sequía está instalada en Entre Ríos y las consecuencias están a simple vista, tanto para los cultivos de maíz como de soja. Ya se estima una caída de alrededor del 60% de acopio en cooperativas entrerrianas. Los pronósticos climáticos de mediano plazo sobre Entre Ríos no proponen "ningún tipo de alivio" ante la sequía histórica y récord que enfrenta la región. El evento casi sin precedentes afecta fuertemente a la ganadería y a la agricultura entrerriana. Referentes de la cadena e integrantes de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos puntualizan sobre los impactos en cada sector y cuáles serían las herramientas

Mientras las lluvias se sigan comportando “de manera discrecional y en áreas reducidas”, las posibilidades para la recuperación de esta campaña agrícola “se irán agotando”, remarcó la Bolsa de Cereales de Entre Ríos en un comunicado.

Los registros pluviales de diciembre en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años en gran parte del territorio provincial.

En la mayor parte de Entre Ríos las lluvias caídas en diciembre acumularon menos de 20 milímetros, seis veces menos de lo que normalmente debe llover durante ese mes.

El promedio de lluvias en diciembre de los últimos 17 años es de 130 milímetros en Entre Ríos, pero en este diciembre último sólo se recibieron 16 milímetros, el 12% de lo esperado.

También el último mes de 2021 tuvo elevadas temperaturas y baja humedad relativa, con una temperatura máxima que superó los 35 grados desde el 19 de diciembre en adelante, provocando una estrés térmico para los cultivos y animales.

Si bien en la última semana se registraron algunas lluvias, sólo algunos sectores del departamento de La Paz y el sur de Entre Ríos recuperaron algo de humedad.

Los productores debieron implantar maíz de forma tardía, y correr la floración de la soja hacia la segunda parte de enero y febrero.

Asimismo, es muy necesario un cambio en el patrón pluvial para auxiliar la segunda parte de la campaña de granos gruesos.

La sequía histórica afectó fuertemente el rendimiento del maíz de primera sembrado, donde se proyectan unos 2.000 kilogramos por hectárea, muy por debajo del promedio de los últimos cinco años (6.300 kilos), y el segundo más bajo de los últimos 20 años.

En noviembre, 95% de las casi 405.000 hectáreas sembradas con maíz de primera presentaban buena y muy buena condición; pero en los últimos días de diciembre bajó a sólo 20%.

Los efectos de la sequía se pueden ver tanto en el suelo, con rajaduras, y en las plantas con síntomas como acartuchamiento de hojas, muerte de hojas basales e interrupción en la formación y llenado de granos.

También se trata del “peor escenario” de las últimas cuatro campañas agrícolas para la soja, que presenta un fuerte estrés térmico e hídrico, a lo que sumó también la aparición de plagas relacionadas con la sequía.

En la actual temporada se implantaron 589.600 hectáreas con soja de primera y 479.100 con soja de segunda, labores que debieron detenerse producto de la falta de humedad en el suelo entrerriano.

El cultivo muestra severos síntomas de estrés térmico e hídrico, con restricciones en el crecimiento, pérdidas de plántulas en germinación hasta desecamiento de hojas, y se detectó la presencia activa de trips y arañuelas, plagas asociadas a la sequía.

Por otro lado, el resto de los granos sembrados en Entre Ríos también declinaron su condición producto de la sequía y el estrés hídrico.

Además del impacto directo sobre los cultivos y los animales, el escenario actual deja mucha materia seca expuesta a riesgos de incendios, en una provincia donde se quemaron unas 20.000 hectáreas durante el 2021.

Referentes de la cadena e integrantes de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos puntualizan sobre los impactos en cada sector y cuáles serían las herramientas, tanto públicas como privadas, acordes para sostener estas pérdidas y que también permitan continuar con la producción. Financiamiento con tasas blandas, flexibilidad al tipo de garantías e incluso, declarar el estado de emergencia agropecuaria, son las coincidencias como medidas ante una situación que se asemeja a la campaña 2008/09.

El sector de la producción

El productor Federico Solari sostiene que “la sequía impacta muy fuerte, porque si vemos el último informe del SIBER la provincia se encuentra con un fuerte déficit hídrico. Esto es muy serio a nivel productivo, debido a que la implantación de los cultivos, como el maíz, soja y sorgo, se hicieron con un alto costo en los insumos, fundamentalmente en los fertilizantes que tuvieron un incremento más que significativo en dólares. Además, dadas las consecuencias que estamos viviendo con una perspectiva climática sin lluvias hasta mediados de enero, provocaría que entremos a un estado sumamente crítico, donde tendremos consecuencias muy importantes, ya que nos llegaremos a cubrir los costos debido a que los rindes que estarán muy por debajo, generando un endeudamiento”.

Pero, esta sequía no solo afecta a la agricultura, sino que a además a la ganadería. “Esta situación afecta al tambo, a la invernada, a la hacienda de cría, los montes están secos, el crecimiento de las praderas es casi nulo, tampoco hay una disponibilidad de pasturas y menos aún de poder hacer reservas. Como productores nos encontramos en una situación en la provincia que ya supimos vivir desgraciadamente en la campaña 2008/09, la cual fue una severa sequía que se asemeja a ésta, provocando que debamos recurrir a algún tipo de refinanciamiento de insumos o créditos a tasas blandas de la parte pública, para poder hacer frente a la situación. Desde la parte privada, debemos hacer un severo ajuste en gastos, no generar nuevos compromisos que no estén previstos y hacer algún tipo de restricciones”, indica Solari

Impacto de la sequía en a venta de insumos y acopio

Sobre los impactos de la sequía al sector que representa como es la venta de insumos y acopio, Héctor Pfarher señala: “La escasez de precipitaciones en los últimos 30 días ha tenido un fuerte impacto en los cultivos de verano en nuestra provincia, fundamentalmente en maíz que la mayoría de los lotes estaban en la etapa de llenado de grano. Y, en relación a la soja, en especial en siembra de primera, tenemos lotes que van de buenas a regulares, dependiendo sobre todo de la fecha de siembra y el estado de reservas del suelo. Los cultivos están en un estado de estrés muy importante y que se verá reflejado en una fuerte disminución en los rendimientos”.

Sobre soja de segunda “la situación es realmente crítica, incluso se ven hasta pérdidas de lotes, sobre todo de Ruta Nacional Nº18 hacia el norte de la provincia. Aquí, se observa una mayor falta de agua en estos últimos 15 días y una tremenda temperatura, que provocó que lotes que se han implantado con humedad muy justa no alcanzaron a nacer, hay en algunos casos pérdidas de plantas muy importantes y, en otros casos, ataques de insectos. Cuando viene este tipo de situaciones se juntan todas las negativas, pero habrá que ver, de acuerdo a los pronósticos que son un poco más alentadores para enero, si estos cultivos tienen alguna chance de recuperar algo, aunque es evidente que se verán afectados”.

Acerca de las herramientas necesarias a aplicar, el referente manifiesta que “hay que articular todas las herramientas del sector público como privado para ayudar a sostener el área de los cultivos, ya que a esto se le suma el fuerte aumento que hubo en los insumos por distintas situaciones, ya sea a nivel internacional como la del país en la falta de recursos para poder importar y la disparidad del precio oficial del dólar con el que el productor compra y que se contrapone con el dólar de mercado”.

Pfarher expresa que, dependiendo de la zona de la provincia, habrá quebrantos importantes de producción por lo que “se debe asistir financieramente para que se pueda seguir, sobre todo al sector privado que está en la distribución de insumos. Somos los que estuvimos dando una mano y la producción que no estará, es el sostén que tenemos. Si el productor no siembra, no tenemos un sentido de estar. Tenemos que seguir apoyando con el riesgo que eso implica. Siempre se optó por la más fácil que es suspender o posponer el pago de un impuesto inmobiliario rural o una medida de esas, pero no sirve, porque al lado de lo que el productor invierte esas son migajas y, de última, no le están condonando nada, es solo una prórroga hacia el futuro. Hoy el productor necesitaría una asistencia con alguna bonificación, independientemente al estado de emergencia que ya tendría que estar declarado en Entre Ríos”.

Acopio

“La sequía no terminó, el daño lo podremos medir cuando se termine y ojalá sea pronto”, remarca el referente del sector del acopio dentro de la Bolsa entrerriana, Martín F. Beglinomini. A su vez, destaca que “ya en maíz el daño es irreversible y el impacto es terrible, porque la financiación del sector se verá muy afectada, ya que los acopios no vamos a recibir granos con lo cual no van a cancelar parte de las deudas y se genera un círculo vicioso. Necesitamos herramientas desde lo público, diferir impuestos, conseguir créditos blandos y lograr la manera de volver a empezar. Esperamos que el Estado esté a la altura de las circunstancias y pueda darnos una mano para volver a empezar”.

Según el acopiador, “habrá que gestionar y gestionar ante el Estado, que está tan hambriento de recursos, para poder financiar a la producción, ya que tanto le damos al Estado y hoy necesitamos que esté a la altura de las circunstancias. La emergencia agropecuaria ya debería estar declarada”.

Cómo afecta el sector cooperativo primer grado

“El sector en general presentará dos inconvenientes, básicamente por un lado será el tema de las deudas que quedarán de los productores que afectan, en primer lugar a ellos mismos, y en mayor medida a acopios, cooperativas y vendedores de insumos, que son los actores que financian la campaña. Un alto porcentaje de la campaña la financian quienes venden los insumos, no los bancos, entonces es muy probable que los productores que no puedan pagar, pidan refinanciamiento”, expresa Diego Maier, referente del sector cooperativo dentro de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.

A su vez, sostiene que los acopios, cooperativas y vendedores de insumos no pueden refinanciar, “deben pagar a sus proveedores, entonces son ellos los que necesitan sacar un crédito o resignar capital propio para hacer frente a la refinanciación, gran parte se hace con crédito de proveedores o de banco. Es la cadena intermedia la que tiene que soportar la refinanciación, generando algunos inconvenientes. Por otro lado, esta la parte de la producción que no va a estar y que afecta al productor, a la cadena comercial y a la zona en general, no solo a la parte agrícola sino a todo el comercio que no habrá en nuestras comunidades, sobre todo del interior de la provincia. No habrá inversión que movilice la economía”.

Maier manifiesta que, ante una situación similar a esta, que “se vivió con la cosecha 2008/09, debería haber un tipo de crédito a dos o tres años que tenga subsidio de tasa del gobierno nacional y provincial, y alguna flexibilidad al tipo de garantías, porque sino los problemas están en el mismo lugar. El Estado puede acompañar como lo hizo en su momento garantizando los créditos con una parte del ingreso que recibe por coparticipación y eso hizo que se baje la exigencia por garantía a los productores y acopios. La solución debería venir por ese lado para que la refinanciación sea organizada y a un plazo razonable, no de una campaña para la otra, en especial cuando viene una sequía como estas dimensiones”.

Impacto en el sector cooperativo de segundo grado

Aquiles Mantovani, representante en la entidad entrerriana de una reconocida entidad cooperativa de segundo grado, expresa que “el impacto de la sequía se ve reflejado en el acopio que vamos a tener, no solo en el sector cooperativo sino que también acopio privado. En general, cuando se produce una sequía de estas características, el productor restringe la entrega, además por la caída por producción sino que por la mayor restricción. Creemos que el acopio caerá en el orden del 60% en las cooperativas, es una estimación realizada. El otro impacto será en la parte comercial, en la fluidez que le da el maíz, ya sea por el volumen que implica y el impacto económico de ese dinero que fluye en cada una de las localidades”.

“Sobre financiamiento, la sugerencia es una línea de créditos para recomposición de capital de trabajo con destino a comprar semillas y fertilizantes, con tasas subsidiadas por parte del Estado. La otra seria financiamiento a través de la venta de cheques, pero debería verse cómo se implementa y con qué tasas se podrían dar en ese caso”, señala Mantovani.

Productor ganadero de la zona de Federal 

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