Dios en la Tierra

María Auxiliadora, hace 70 años se la declaró Patrona del Agro Argentino

27 de octubre de 2019 - 30° Domingo del Tiempo Ordinario. Como todos los domingos compartimos la reflexión del Padre Alfredo Nicola.

Libro de Eclesiástico
(35, 12 – 14. 16 – 18).

Porque el Señor es juez y no hace distinción de personas :
no se muestra parcial contra el pobre y escucha la súplica del oprimido;
no desoye la plegaria del huérfano, ni a la viuda, cuando expone su queja.
El que rinde el culto que agrada al Señor, es aceptado, y su plegaria llega hasta las nubes.
La súplica del humilde atraviesa las nubes y mientras no llega a su destino, él no se consuela:
no desiste hasta que el Altísimo interviene, para juzgar a los justos y hacerles justicia.

Salmo 34 (33), 2 – 3. 17 – 23.

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren.

pero el Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.

El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
Pero el Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en El no serán castigados.

Segunda Carta de San Pablo a Timoteo
(4, 6 – 8. 16 – 18).

Querido hermano:
Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima:
he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe.
Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día, y no solamente a mí, sino a todos los que hayan aguardado con amor su Manifestación.
Cuando hice mi primera defensa, nadie me acompañó, sino que todos me abandonaron. ¡Ojalá que no les sea tenido en cuenta!
Pero el Señor estuvo a mi lado, dándome fuerzas, para que el mensaje fuera proclamado por mi intermedio y llegara a oídos de todos los paganos. Así fui librado de la boca del león.
El Señor me librará de todo mal y me preservará hasta que entre en su Reino celestial. ¡A él sea la gloria por los siglos de los siglos! Amén.

Evangelio según San Lucas
(18, 9 – 14).

Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola:
“Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
El fariseo, de pie, oraba así: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano.
Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas’.
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!’.
Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado”.

Propósitos

¿A qué personas o tipo de personas te cuesta más aceptar? A veces tenemos que sanar ese desprecio a los otros, miedo a algunos o sospechas que arrastramos. Te invito que cada día te esfuerces en acercarte de alguna manera al que más te cuesta… ¡Como lo hace Dios con cada uno!
¡Amén y adelante!

P. Alfredo Nicola
(Argentina)

“Confíen en María Auxiliadora y verán lo que son los milagros” decía Don Bosco. Y María Auxiliadora, además de la patrona de la Obra de Don Bosco, es también la patrona del Agro Argentino, cuya fiesta es mañana, jueves 27.

La educación de los jóvenes del campo fue siempre una de las características de la presencia de Don Bosco en Argentina. Y por ese motivo, el 27 de octubre de 1949 el Gobierno de la Nación Argentina otorgó a María Auxiliadora el título de “Patrona del Agro Argentino”, para que proteja los campos, los productos de la tierra, de la ganadería, de la fruticultura y la horticultura, y a las personas que día a día con su trabajo en el campo hacen un país digno para todos.

A continuación, puedes rezar la oración a la Virgen, y así “ver lo que son los milagros”, como nos lo prometió Don Bosco… solo hay que confiar.

Virgen Auxiliadora, Madre de Dios y Madre nuestra, a tus plantas nos llegamos, con la esperanza puesta en la bondad previsora de tu corazón de Madre de nuestra casa y de Patrona del agro argentino.

Tú, que nos diste a Quien es el pan de nuestras almas, protege las mieses que habrán de proveer el pan de nuestra mesa, los bosques que dan sombra al caminante, color al paisaje y calor al refugio de la casa paterna; bendice los frutos, alegría del gusto y las flores, regocijo de la vista en el recinto hogareño y haz que del mismo modo florezcan en nuestras almas las virtudes.

Prodigue tu protección prosperidad a los animales de labor que colaboran en las faenas del hombre y a los rebaños que habrán de procurarnos alimento, abrigo y defensa. Y que sepamos nosotros cumplir la voluntad de Dios con inteligencia, al par que ellos la cumplen con su instinto.

Aleja de nuestros campos las sequías; las heladas y granizos, de nuestras cosechas; las plagas, de nuestras plantaciones; de nuestros ganados, las pestes. Y libra nuestras almas de la aridez espiritual, de los peligros de las tentaciones y del mal terrible del pecado.

Alcánzanos con la lluvia oportuna para nuestras sementeras, la gracia divina para nuestras almas, de suerte que tengamos tesón y perseverancia en el trabajo, fortaleza en la tribulación, resignación en el sufrimiento, unidad de labor en la familia y paz en nuestro hogar.

Bendice ¡oh! María Auxiliadora, a los que rigen los destinos de la Patria para que de todos los rincones del suelo argentino se eleve un mismo himno de amor, de comprensión y de trabajo, en la unidad de un mismo sentir y de un mismo bregar, hasta el día en que se nos abran los campos dilatados de la Patria eterna, bajo el cayado de tu Hijo Divino.

Amén

 

La Patrona del Agro Argentino

La Virgen María bajo la advocación de la Auxiliadora, fue designada así en 1949, por el decreto presidencial N° 26.888, impulsado por el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación en virtud de los frutos de la obra salesiana en todo el país en beneficio del desarrollo y crecimiento del campo argentino.

Su advocación se celebra el 24 de mayo, llamada también antiguamente “María, Auxilio de los Cristianos”.

“Confíen en María Auxiliadora y verán lo que son los milagros” decía Don Bosco. Y María Auxiliadora, además de la patrona de la Obra de Don Bosco, es también la patrona del Agro Argentino.

La educación de los jóvenes del campo fue siempre una de las características de la presencia de Don Bosco en Argentina. Y por ese motivo, el 27 de octubre de 1949 el Gobierno de la Nación Argentina otorgó a María Auxiliadora el título de “Patrona del Agro Argentino”, para que proteja los campos, los productos de la tierra, de la ganadería, de la fruticultura y la horticultura, y a las personas que día a día con su trabajo en el campo hacen un país digno para todos.

A continuación, compartimos la oración a la Virgen, podemos rezarla y “ver lo que son los milagros”, como nos lo prometió Don Bosco… solo hay que confiar.

Virgen Auxiliadora, Madre de Dios y Madre nuestra, a tus plantas nos llegamos, con la esperanza puesta en la bondad previsora de tu corazón de Madre de nuestra casa y de Patrona del agro argentino.

Tú, que nos diste a Quien es el pan de nuestras almas, protege las mieses que habrán de proveer el pan de nuestra mesa, los bosques que dan sombra al caminante, color al paisaje y calor al refugio de la casa paterna; bendice los frutos, alegría del gusto y las flores, regocijo de la vista en el recinto hogareño y haz que del mismo modo florezcan en nuestras almas las virtudes.

Prodigue tu protección prosperidad a los animales de labor que colaboran en las faenas del hombre y a los rebaños que habrán de procurarnos alimento, abrigo y defensa. Y que sepamos nosotros cumplir la voluntad de Dios con inteligencia, al par que ellos la cumplen con su instinto.

Aleja de nuestros campos las sequías; las heladas y granizos, de nuestras cosechas; las plagas, de nuestras plantaciones; de nuestros ganados, las pestes. Y libra nuestras almas de la aridez espiritual, de los peligros de las tentaciones y del mal terrible del pecado.

Alcánzanos con la lluvia oportuna para nuestras sementeras, la gracia divina para nuestras almas, de suerte que tengamos tesón y perseverancia en el trabajo, fortaleza en la tribulación, resignación en el sufrimiento, unidad de labor en la familia y paz en nuestro hogar.

Bendice ¡oh! María Auxiliadora, a los que rigen los destinos de la Patria para que de todos los rincones del suelo argentino se eleve un mismo himno de amor, de comprensión y de trabajo, en la unidad de un mismo sentir y de un mismo bregar, hasta el día en que se nos abran los campos dilatados de la Patria eterna, bajo el cayado de tu Hijo Divino.

Amén

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