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Nosotros tenemos la culpa

por Herminio Ludi 

¿Quién, o quiénes son los culpables de todo lo malo que nos pasa a los humanos, cuasi permanentemente? No tenemos que ir muy lejos para encontrarlos. Pues, ese mismo ser humano, por su condición de tal, y como tiene raciocinio, o falta de esa condición pero sí entendimiento, hace todas las ocurrencias que se le atraviesan en la cabeza. Es por eso que el título de la columna de hoy, sea: “NOSOTROS TENEMOS LA CULPA”. Y es así nomás, porque, en cambio los objetos inanimados y los animales o los árboles, como no tienen entendimientos, no cometen las tropelías que llevamos a cabo algunos de nosotros (las personas que sí tenemos conciencia) de lo que perpetramos. Pero está claro, entre nosotros también están los que solamente locos, borrachos o dormidos, se inclinarían por las barbaridades que llevan a cabo los perversos.

Y bien, ¿ qué atrocidades vividas en todos los tiempos, no fue cometida por personas llamadas humanas? Comencemos a hacer un breve repaso de las tragedias más salientes: La barbarie cometida contra las asociaciones israelistas en Buenos Aires, hacen pocos años atrás, ¿quién las cometió? No fueron, ni los canes, ni los gatos ni los ratones. Los autores de semejante hecatombe, fueron algunos de nosotros, es decir algunas personas de esas que llamamos humanas. Las inundaciones, empecemos por la del rio salado en Santa Fe, ocurrida hacen varios años, y otra que vino después; esas inundaciones pudieron ser evitadas, pero los hombres no lo advirtieron en tiempo y forma. Las otras inundaciones que sufrieron, la ciudad de La Plata y la ciudad de Buenos Aires. ¡Sí, ya nos estarán contestando que las sudestadas, que la creciente del río y otras aparentes razones! Pero lo cierto es que las personas encargadas de hacer las prevenciones que debian tomarse a tiempo, no las hicieron o no las tomaron . El reciente y voraz incendio en Córdoba, que devastó miles y miles de hectáreas fértiles, donde, además, murieron calcinados animales de todo tipo, incluyendo, seguramente, algunas especies silvestres, y también árboles añejos y vistosos.

Gente que ha quedado en la calle porque el fuego le consumió todos sus bienes. De todo ese dantesco y pavoroso espectáculo, ¿ no es culpable alguna mano cruel que arrimó un fosforo encendido? ¿De qué otra forma puede haberse producido ese cataclismo? Y, como toda fogata comienza muy de a poco, nos preguntamos, ¿ Nadie pasó cerca de esos lugares como para que viera lo que comenzaba a suceder, y corriera a dar aviso a las autorirades respectivas? Tal vez pequemos de ilusos, mas, seguimos pensando que NOSOTROS TENEMOS LA CULPA. Los gobernantes son personas: ¿éllos no advirtieron lo que podía pasar?

Las guerras, y más precisamente la que ya está casi en marcha entre Estados Unidos y otras potencias armadas, ¿ no son, o no es acaso,desatada por el hombre, en este caso por acumular más poder y dominio? Las muertes y destrucciones que allí podrán producirse, son, o serán originadas por las personas y no solamente por las letales armas que aquellos guerreros sin alma utilizarán en esa triste ocasión. La falta de energia eléctrica, de gas y de combustibles líquidos, ¿ no son el resultado de las erróneas políticas que implementan personas humanas instaladas en los gobiernos? El hambre, la desocupación y las enfermedades sin posibilidades de ser atendidas por la falta de hospitales y de medicamentos, ¿no son, también, debidas a la ausencia de sensibilidad de alguien que un día dijo: ¡Yo quiero ser gobierno y se instaló en su despacho, olvidándose de los pobres de bolsillo? Las rutas destruidas, los animales sueltos en la calle, ¿no es de responsabilidad de nosotros, los que nos ufanamos diciendo que pertenecemos al género humano? ¿O no es de esa especie, ni el gobierno ni los dueño de las bestias sueltas en la via pública?

La falta de solidaridad con el prójimo, el no importarnos si los pobres sufren toda clase de privaciones, ¿no es igualmente, intrínseco a los hombre y a las mujeres que piensan solamente el éllos? Entonces, ¿qué culpa podemos echarle al destino, sino a nuestra propia idiosincrasia, o sea a la especie a la que pertenecemos? A la naturaleza,¿quién la está destruyendo? ¡Ah, pero con élla no se juega! ¡Ella sola vencerá al hombre!

Cuando nos quejamos por las cosas que hacen ,o por las que no hacen los gobernantes, ¿ no son los que los votaron los responsables de las penurias que nos hacen soportar? Con esto hemos llegado al meollo de esta intrincada cuestión. Somos conscientes de que nos quedan muchas consideraciones para hacer. Pero con la última que hemos mencionado, o sea esa de quienes eligieron a los gobiernos, nos parece que estamos dando justo en la cabeza del clavo. Los que gobiernan son los artífices de su gestión, y son, por eso, los autores materiales de lo que hacen. Pero los que los eligieron, son cómplices voluntarios o involuntarios de todo lo que pasa alrededor de los que mandan. Y terminamos, ¿ los que votan a los gobernantes, no son personas como todos nosotros? Entonces no esquivemos el bulto y aceptemos que los humanos son los culpables de todo lo que nos pasa en la vida.

VIALE, del Jueves 19/09/2013 por HERMINIO ENRIQUE LUDI. especial para “MUNDO RURAL” .

 

 

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