“Han pasado muchos años desde que empecé a venir a la Feria María Dolores,” afirmó Calderón. Su relación con la firma comenzó en una época en la que, según relata, “lo más importante es la fuerte amistad que hemos desarrollado con la familia Etchevehere.”
Al recordar cómo eran los inicios, Pancho mencionó: “Recuerdo que en el segundo año, mi padre me envió con 100 novillos, y vinimos a caballo con tres peones. Era normal atravesar toda esta zona a caballo y con la hacienda. Me encantaba todo eso, venir el día antes, traer el ganado y venderlo al día siguiente. Aunque era joven, esos momentos fueron inolvidables.”
Además de los negocios, Calderón destacó la importancia de los lazos personales: “Conocí a los hijos de Arturo cuando eran muy pequeños y hoy son quienes manejan todo esto. Esta amistad es muy valiosa para mí porque confiamos plenamente en la consignataria, lo cual nos da una gran tranquilidad.”
A lo largo de los años, los remates semanales fueron una constante en la vida de Calderón: “Eran semanales, los lunes. También recuerdo los almuerzos que teníamos aquí con la familia Etchevehere y otros clientes y amigos. Era una reunión social muy importante para la gente del campo.”
Pancho Calderón es uno de los clientes más antiguos de la firma: “Creo que no he faltado nunca, excepto el primer remate porque coincidió con mi boda. Después de eso, he estado presente todos los años, comprando invernada y acompañando.”
Esta celebración marca más de medio siglo de colaboración y confianza mutua, reflejando la importancia de las relaciones personales en el sector ganadero entrerriano.
Coembotá se prepara para el 10° remate anual
Sobre su Cabaña Coembotá, Calderón comentó: “La cabaña está bien. Soy un apasionado de la ganadería y de la raza Angus. Vamos a realizar un remate el 5 de julio. Ya está todo arreglado y listo, los lotes se filmarán esta semana. Esperamos traer alrededor de 300 cabezas y confiamos en que la gente nos acompañe como todos los años.”
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