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Esperando El Niño, Entre Ríos soporta un marcado déficit hídrico

Hasta el momento, las precipitaciones del año 2023 se han caracterizado por estar por debajo de los valores promedio. El monto de precipitación promedio acumulada para la provincia de Entre Ríos desde enero a septiembre es de 775 mm, no obstante, el año 2023 arrastra un déficit del 28 % (lo cual equivale a una merma de 215 mm), señala el informe semanal del Sistema de Información de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (Siber).

En los últimos nueve meses, solo en marzo, mayo y julio hubo un incremento en el monto de las lluvias. Cabe destacar que, el aporte más significativo se generó en mayo.

En los restantes seis meses, hubo un marcado descenso de las precipitaciones en enero, febrero, abril, junio y agosto, según el Siber.

Figura 1: Comportamiento de la precipitación promedio (periodo 2004 – 2022) mensual de enero a septiembre versus el año 2023.

El comportamiento de la lluvia acumulada en septiembre merece un párrafo aparte, debido a que, si bien el valor de la media acumulado fue levemente inferior al valor histórico, tuvo una distribución muy dispar.

En la Figura 2 se muestra la precipitación acumulada en septiembre del 2023, el promedio del periodo (2004 – 2022) y la distribución de la anomalía para septiembre del 2023.

En primer lugar, es importante recordar que, el valor esperado para septiembre se sitúa cercano a los 70 mm, con una distribución que se incremente en dirección Este – Oeste.

Este año, todo el sector Suroeste acumuló un valor inferior a 35 mm, lo cual equivale a una reducción del 50 %. Solamente hacia el sector Noreste los acumulados se posicionaron por encima de la media histórica.

En consecuencia, el mapa de la anomalía de la precipitación marca una situación de sequía extrema a moderada en gran parte del territorio, a excepción del extremo Noreste.

Cabe destacar que, la anomalía de la precipitación, sólo es un indicador de la “oferta” de agua (precipitación) y no toma en cuenta la evapotranspiración. Por lo tanto, no tiene en cuenta el efecto de temperaturas elevadas, las cuales pueden agudizar el impacto del déficit en las lluvias en los cultivos y pasturas.

Figura 2: Distribución de la precipitación acumulada en septiembre del 2023, promedio septiembre (periodo 2004 – 2022) y anomalía para el año 2023.

Finalmente, para concluir este breve análisis se muestra la anomalía del NDVI (Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada, por sus siglas en inglés).

La anomalía del NDVI, es un indicador utilizado para evaluar la salud y densidad de la vegetación en una determinada área. En este caso, la anomalía del NDVI se calculó a partir de datos obtenidos del sensor MODIS (Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer).

Una anomalía negativa, indica una desviación por debajo del valor promedio esperado o histórico. Es decir, representa una situación en la que los datos actuales son inferiores a lo que se considera normal o típico para esa área y tiempo en particular.

En el caso del NDVI, una anomalía negativa implicaría (dado que el NDVI está relacionado con la salud y densidad de la vegetación), indica una disminución en la cobertura vegetal o una reducción en la salud de la vegetación en comparación con lo que es típico para esa época del año en esa ubicación.

En la Figura 3 se presenta la anomalía del NDVI para la provincia de Entre Ríos para septiembre del 2023.

Si no se considera el área que abarca la zona del pre delta, la provincia cuenta con una superficie de aproximadamente 6.450.000 ha, de las cuales alrededor del 12 % (750.000 ha) en el mes de septiembre presentaron una anomalía del NDVI desde moderadamente a extremadamente bajo.

Cabe destacar que, del área total con marcado descenso en la anomalía del NDVI, el sector Norte abarcó el 41 % (307.500 ha) y el departamento La Paz resultó el más afectado con 177.000 ha

Reservas hasta el jueves 05 de octubre 

“Las reservas de humedad han cedido en forma significativa ante la persistente falta de lluvias que se observa en gran parte de la zona central del país. La sequía que desde hace varias semanas domina el centro de SF, terminó avanzando hacia el oeste entrerriano. Como venimos describiendo, los pronósticos de corto plazo no anticipan ninguna mejora, con lo cual el escenario para la primera quincena de octubre plantea un ajuste más generalizado de las reservas de humedad. Esto ya tiene una lectura negativa sobre el estado de los cultivos de invierno y sobre el avance de las siembras de maíz”, advierte el Siber.

“A gran escala, toda la actividad agrícola del país está esperando que la influencia del fenómeno de El Niño comience a accionar sobre áreas más extendidas. Si bien una gran parte de Paraguay, Brasil y el norte de la Mesopotamia ya han recibido una importante sobreoferta de agua asociada a la presencia de este forzante climático, la dinámica de escala regional está impidiendo que esta situación favorable logre establecerse sobre las provincias del centro fundamentalmente. En semanas previas hemos comentado acerca de la volatilidad de la circulación de aire. La poca persistencia que ha mostrado el flujo de aire del sector noreste es muy evidente, sin una corrección en este flujo de aire, será difícil encontrar modificaciones significativas en el patrón de lluvias”, señalaron.

“A esta altura de las cosas y con las reservas en un estado crítico, en muchos sectores con el regreso de la sequía, es necesario que las precipitaciones muestren corrimientos positivos que compensen este escenario deficitario. El fenómeno de El Niño tiene potencial como para revertir este escenario, no obstante, de acuerdo a lo que estamos viendo, su influencia puede ser condicionada por la escala regional. Entendemos que con el avance de la primavera, la sobreoferta del norte irá decantando hacia el centro, pero esto puede demorarse hasta la última parte del mes”, estimaron los técnicos del Siber.

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