Dios en la Tierra

Hoy celebramos a la Beata Alejandrina Da Costa, quien vivió la pasión de Cristo

13 de octubre de 2019. 28° Domingo del Tiempo Ordinario. Como todos los domingos compartimos la reflexión del Padre Alfredo Nicola . 

Segundo Libro de los Reyes
(5, 14 – 17).

Entonces bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del hombre de Dios ; así su carne se volvió como la de un muchacho joven y quedó limpio.
Luego volvió con toda su comitiva adonde estaba el hombre de Dios. Al llegar, se presentó delante de él y le dijo: “Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, a no ser en Israel. Acepta, te lo ruego, un presente de tu servidor”.
Pero Eliseo replicó: “Por la vida del Señor, a quien sirvo, no aceptaré nada”. Naamán le insistió para que aceptara, pero él se negó.
Naamán dijo entonces: “De acuerdo; pero permite al menos que le den a tu servidor un poco de esta tierra, la carga de dos mulas, porque tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses, fuera del Señor.

Salmo 98 (97), 1. 2 – 3. 3 – 4.

Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.

El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.

Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.

Segunda Carta de San Pablo a Timoteo
(2, 8 – 13).

Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Esta es la Buena Noticia que yo predico,
por la cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada.
Por eso soporto estas pruebas por amor a los elegidos, a fin de que ellos también alcancen la salvación que está en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna.
Esta doctrina es digna de fe: Si hemos muerto con él, viviremos con él.
Si somos constantes, reinaremos con él. Si renegamos de él, él también renegará de nosotros.
Si somos infieles, él es fiel, porque no puede renegar de sí mismo.

Evangelio según San Lucas
(17, 11 – 19).

Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea.
Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia
y empezaron a gritarle: “¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!”.
Al verlos, Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”. Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta
y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias . Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: “¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están?
¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?”.
Y agregó: “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”.

Propósitos

Cada día de la semana podríamos buscar formas concretas de dar gracias usando palabras, buscando detalles y acordándonos de personas que nos han hecho bien.

¡Amén y adelante!

P. Alfredo Nicola
(Argentina)

Hoy celebramos a la Beata Alejandrina Da Costa, quien vivió la pasión de Cristo

“¿Quieres encontrarme, hija mía? Búscame en tu corazón y en tu alma, ahí habito tu corazón como en mi tabernáculo. ¡Si supieras cuánto me consuelas y cuánto socorres a los pecadores con sólo decirme que eres mi víctima”, le dijo una vez Jesús a la Beata Alejandrina Da Costa, quien vivió en éxtasis la pasión de Cristo.

Alejandrina nació en 1904 en Balazar (Portugal). Por preservar su virginidad, a los 14 años se arrojó de la ventana del segundo piso de su casa, ante la amenaza de unos malintencionados que se metieron a la fuerza para abusar de ella, su hermana y una amiga.

El golpe le causó después una parálisis total que la obligó a estar en cama por el resto de su vida. Más adelante se ofreció a Cristo como víctima por la conversión de los pecadores, por amor a la Eucaristía y por la consagración del mundo al inmaculado Corazón de María, mensajes fundamentales de Fátima.

Los últimos 13 años de su vida no probó alimento, ni bebida y tan sólo se mantuvo de la Comunión. Entregada a la vida de oración y ayuno, en 180 ocasiones experimentó místicamente la pasión de Cristo con mucho sufrimiento.

Miles acudían a su lecho para recibir de ella palabras de consuelo y se hizo Cooperadora Salesiana.

El 13 de octubre de 1955, aniversario del “milagro del sol” que se produjo en Fátima 38 años antes, partió a la Casa del Padre. Antes de morir dijo: “No pequen más. Los placeres de esta vida valen nada. Reciban la Comunión; recen el rosario todos los días. Esto, lo resume todo”.

A pedido de la Beata, quedó escrito en el epitafio de su tumba la siguiente inscripción: “Pecadores: Si las cenizas de mi cuerpo pueden ser útiles para salvarte, acércate. Si es necesario pisotéalas hasta que desaparezcan, pero no peques nunca más. No ofendas más a nuestro amado Señor. Conviértete. No pierdas a Jesús por toda la Eternidad. ¡Él es tan bueno!”.

San Juan Pablo II la beatificó en el 2004 y en aquella ocasión señaló que “en el ejemplo de la beata Alejandrina, expresado en la trilogía ‘sufrir, amar y reparar’, los cristianos pueden encontrar estímulo y motivación para ennoblecer todo lo que la vida tiene de doloroso y triste con la mayor prueba de amor: sacrificar la vida por quien se ama”.

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