Dios en la Tierra

Hoy se inicia la novena a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Viernes de la vigésima cuarta semana del Tiempo Ordinario. El santoral recuerda a San Andrés Kim.

Primera Carta de San Pablo a Timoteo 6,2c-12.

Y si sus dueños son creyentes, que no los respeten menos por el hecho de ser hermanos. Al contrario, que pongan mayor empeño en servirlos, porque así benefician a hermanos queridos en la fe. Enseña todo esto, e insiste en ello.
Si alguien enseña otra cosas y no se atiene a los preceptos saludables de nuestro Señor Jesucristo, ni a la doctrina que es conforme a la piedad,
es un ignorante y un orgulloso, ávido de discusiones y de vanas polémicas. De allí nacen la envidia, la discordia, los insultos, las sospechas malignas
y los conflictos interminables, propios de hombres mentalmente corrompidos y apartados de la verdad, que pretenden hacer de la piedad una fuente de ganancias.
Sí, es verdad que la piedad reporta grandes ganancias, pero solamente si va unida al desinterés.
Porque nada trajimos cuando vinimos al mundo, y al irnos, nada podremos llevar.
Contentémonos con el alimento y el abrigo.
Los que desean ser ricos se exponen a la tentación, caen en la trampa de innumerables ambiciones, y cometen desatinos funestos que los precipitan a la ruina y a la perdición.
Porque la avaricia es la raíz de todos los males, y al dejarse llevar por ella, algunos perdieron la fe y se ocasionaron innumerables sufrimientos.
En lo que a ti concierne, hombre Dios, huye de todo esto. Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad.
Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos.

Salmo 49(48),6-7.8-10.17-18.19-20.

¿Por qué voy a temer
en los momentos de peligro,
cuando me rodea la maldad de mis opresores,
de esos que confían en sus riquezas

y se jactan de su gran fortuna?
No, nadie puede rescatarse a sí mismo
ni pagar a Dios el precio de su liberación,
el precio de su rescate es demasiado caro,

y todos desaparecerán para siempre.
para poder seguir viviendo eternamente
sin llegar a ver el sepulcro:
No te preocupes cuando un hombre

se enriquece
o aumenta el esplendor de su casa:
cuando muera, no podrá llevarse nada,
su esplendor no bajará con él.

Aunque en vida se congratulaba, diciendo:
“Te alabarán porque lo pasas bien”,
igual irá a reunirse con sus antepasados,
con esos que nunca verán la luz.

Evangelio según San Lucas 8,1-3.

Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce
y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios;
Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.

Amén

Hoy se inicia la novena a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

El 29 de septiembre la Iglesia celebrará la Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, quienes aparecen en la Biblia con misiones importantes de Dios.

Por ello, aquí una novena en honor de estos tres amigos del cielo que tienen la tarea de defender al hombre en la lucha contra los planes del demonio.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.

Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno, bendito y alabado seas por toda la eternidad. Que todos los ángeles y los hombres que has creado te adoren, te amen y te sirvan, Dios Santo, Dios Fuerte, Dios Inmortal.

Y tú, María, reina de los ángeles, medianera de todas las gracias, todopoderosa en tu oración, recibe bondadosamente la oración que les dirigimos a los arcángeles y hazla llegar hasta el Trono del Altísimo para que obtengamos gracia, salvación y auxilio. Amén.

Oración a los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael:

San Miguel Arcángel, tú eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal, has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad el orgullo de los poderes de las tinieblas. Te imploramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón, la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios, la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ayúdanos a subsistir delante del tribunal de Dios.

San Gabriel Arcángel, tú eres el ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios, abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos del corazón amante de nuestro Señor; Permanece siempre delante de nuestros ojos, te imploramos, para que comprendamos correctamente la Palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello que Dios quiere de nosotros. Haznos vigilantes en la espera del Señor para que no nos encuentre dormidos cuando llegue.

San Rafael Arcángel, tú eres el mensajero del amor de Dios. Te imploramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios y no dejes que esta herida se cierre jamás para que permanezcamos sobre el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos por la fuerza de este amor.

Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios. Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza, contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza, contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados. Desligadnos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo.

Desatad la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos, para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo sin incomodarnos y con conmiseración.

Clavad en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios, para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor.

Buscad en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros. Buscad en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa. Buscad en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada, imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor.

Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo. Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean y nos oprimen solapadamente.

Ayudadnos para que ninguno de nosotros se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna. Amén.

(Se dicen las intenciones de la novena y se rezan tres Padre Nuestro, Ave María y Gloria)

Invocaciones finales

San Miguel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Rafael, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros.

San Gabriel, lucha a nuestro lado con tus ángeles, ayúdanos y ruega por nosotros. Amén.

Hoy se celebra a San Andrés Kim y compañeros mártires en Corea

“Mi vida inmortal está en su punto inicial. Conviértanse al Cristianismo si deseáis la felicidad tras la muerte porque Dios alberga castigo eterno para aquellos que rehusaron conocerle”, decía mientras moría San Andrés Kim, cuya fiesta se celebra cada 20 de septiembre junto a sus 102 compañeros mártires en Corea.

San Andrés Kim Tae-Gon nació en Solmoe (Corea) en 1821 en una familia noble. Siendo niño su familia se trasladó a Kolbaemasil para huir de la persecución. Su padre, San Ignacio Kim, murió mártir en 1839.

Andrés fue bautizado a los 15 años de edad y más adelante ingresó al seminario de Macao (China). En Shangai recibió la ordenación sacerdotal (1845), convirtiéndose en el primer sacerdote coreano.

Posteriormente regresó a Corea con la finalidad de facilitar el ingreso de misioneros a su país y pudo ver a su madre, a quien encontró mendigando por comida.

En su país se dedicó a difundir la fe, predicando y bautizando a todos los que convertía con sus palabras y testimonio de vida. Toda esta actividad la realizaba poniendo en práctica ciertas normas de seguridad para no ser descubierto.

No obstante, fue arrestado al tratar de llevar a Corea a los misioneros franceses que estaban en China. Después de algunos meses en la cárcel, murió decapitado en 1846.

Los 103 mártires fueron canonizados por San Juan Pablo II en 1984 cuando el Pontífice visitó Corea.

error: Si reproduce información de este medio, por favor, citar la fuente
WhatsApp chat