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Las plantaciones de eucalipto pueden contribuir a mitigar el cambio climático

El calentamiento global por aumento de la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) es uno de los efectos del Cambio climático que más preocupa a la sociedad y ha convocado a todo el mundo para comprometerse a adoptar medidas que reduzcan las emisiones de GEI. Las plantaciones forestales pueden fijar carbono y reducir de esa manera la acumulación de dióxido de carbono en la atmósfera, uno de los gases causantes del aumento de la temperatura.

Los bosques tienen la capacidad de fijar carbono en la madera y en el suelo. Los organismos internacionales dedicados al estudio del Cambio climático reconocen que las plantaciones forestales también pueden fijar carbono en sus distintos componentes y consideran que aumentar la superficie forestada es una de las medidas que puede adoptarse para reducir de forma eficiente la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera.

En nuestro país existe un gran potencial para la forestación con diferentes especies. En Entre Ríos, hay aproximadamente un millón de hectáreas de suelos arcillosos potencialmente aptos para capturar carbono atmosférico con plantaciones de las especies y clones que mejor se adapten a las condiciones de esos suelos.

¿Cuánto carbono almacenan las plantaciones de eucalipto?

Para estimar el potencial de almacenamiento de carbono en plantaciones de eucalipto cultivadas en suelos arcillosos se estudió el carbono en los árboles, el suelo, el mantillo y los restos leñosos en rodales de distintas edades y densidades. El carbono orgánico total del suelo presentó hasta los 50 cm de profundidad valores entre 57,9 y 163,5 mil Kilogramos por hectárea en plantaciones sin raleo y entre 112,8 y 160,6 mil Kilogramos por hectárea en plantaciones raleadas.

En las plantaciones, la biomasa aumenta a medida que crecen los árboles, incrementándose por lo tanto el carbono acumulado. En los rodales sin raleo, con densidades iniciales entre 1111 y 850 plantas por hectárea, el carbono acumulado en la biomasa total (fuste, copa y raíces gruesas hasta 1 metro) varió entre 14,5 y 21 mil kilogramos por hectárea al año de edad y entre 66,7 y 92 mil kilogramos por hectárea a los 9 años. En los rodales con raleo, con densidades finales de 700 a 500 plantas por hectárea, el carbono acumulado en la biomasa total fue de 13,5 a 16,9 mil kilogramos por hectárea a los 4 años y de 59,2 a 81,7 mil kilogramos por hectárea a los 8 años de edad. El carbono en el mantillo y restos leñosos en plantaciones sin raleo varió entre 800 kilogramos por hectárea (en rodales de 1 año) y 9 mil kilogramos por hectárea (en rodales de 9 años), mientras que en plantaciones con raleo varió entre 5 mil (en rodales de 4 años) y 12 mil kilogramos por hectárea (en rodales de 8 años).

Captura de carbono: un servicio ambiental

Aunque las plantaciones de eucalipto forman parte del paisaje y de la economía regional desde hace varias décadas, la sociedad ha mostrado preocupación por los impactos negativos asociados a las forestaciones en esta región. Como toda actividad productiva, las plantaciones forestales causan impactos, positivos y negativos, cuyas magnitudes dependen principalmente del manejo. La captura de carbono atmosférico constituye uno de los servicios ambientales que brindan las plantaciones forestales en nuestra región, poco conocido y valorado. Las plantaciones forestales se encuentran entre las herramientas propuestas por el país para cumplir el compromiso asumido de reducir para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero en un 15%, medida que en conjunto con la Ley de presupuestos mínimos de protección ambiental de los bosques nativos tienden a proteger y aumentar las reservas forestales de carbono.

Para alcanzar los compromisos asumidos en 2015 y ratificados recientemente, en 2018 se lanzó la Plataforma Forestar 2030, con el objetivo de alcanzar los 2 millones de hectáreas de plantaciones forestales para el año 2030. Este ambicioso proyecto pretende ser una medida para cumplir los objetivos de reducción de emisiones y de desarrollo sustentable, y está respaldado por la reciente modificación y prórroga de la Ley de Inversiones para los Bosques cultivados. Sumado a esto, los productores forestales, con apoyo del gobierno, se proponen usar la madera proveniente de esas plantaciones en la construcción de viviendas de madera, contribuyendo a reducir el uso energético, a conservar el carbono fijado en la madera, y a solucionar de manera rápida el déficit habitacional del país.

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