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El ruralismo apura a la oposición a erigirse en “una verdadera opción para 2015”

En su discurso de inauguración de la 120° Exposición Ganadera, Comercial e Industrial, el presidente de la Sociedad Rural de Gualeguaychú, Javier Melchiori, advirtió que “son claras e inequívocas las señales político-económicas que marcan el final del modelo”. Además, instó a la oposición a no desoír el mensaje de las urnas y la apuró “a trabajar fuertemente, no solo para la coyuntura de octubre, sino para generar una verdadera opción para 2015”.

En un encendido discurso, Melchiori señaló que “es hora de priorizar los intereses de la Nación y de los argentinos por sobre los individuales o partidarios. Es imprescindible contar con un importante grado de patriotismo y generosidad, -esto que varios demostraron no tener en las últimas elecciones-. Tal vez, aún no hayamos aprendido la lección de 2011 donde todos quisieron erigirse en líderes de un cambio que nunca fue. Seamos obreros de ese cambio y no líderes de otro fracaso”.

El ruralista oriundo de Gualeguaychú afirmó que “algunas cuestiones hacen que esta edición (de la expo) sea un tanto particular. Cumplimos nada menos que 120° exposiciones ganaderas, fruto del esfuerzo y la visión de varias generaciones de dirigentes que trazaron este camino y han hecho de esta muestra, una verdadera referencia en nuestra región”.

Homenaje a los agropecuarios

Melchiori se refirió luego a los agropecuarios y consideró que ser productor “es generar vida, responsabilidad con el futuro, sobreponerse al clima y a la naturaleza, defender y amar el suelo, pero en particular, es una forma de vida fundada en valores, en la cultura del trabajo y el compromiso con la producción”.

En estos días, “estas palabras más bien se parecen a una reivindicación, porque difícilmente podamos encontrar a lo largo de nuestra historia, momentos donde se haya bastardeado, insultado y ninguneado tanto al productor, como en estos tiempos, y peor aún pos-resolución 125, donde el gobierno y todo su aparato salieron a combatir -desde lo discursivo e intelectual- con campañas minuciosamente ideadas, asociando al campo con conceptos irritantes y provocativos, tales como superutilidades, lock out patronales, destituyentes u oligarcas, entre otros. Esos improperios justificaron también la embestida sobre lo económico, que está arrojando como saldo la continua e incesante quiebra ya de miles de productores que, acorralados, van dejando la actividad para dar lugar a otros actores en el negocio”.

Y fustigó: “tal vez estos estrategas intelectuales no encontraron en sus inspiradoras teorías el dolor de perder todo por una lluvia que no cayó, o por una inundación que si llegó, como tampoco deben de poder transmitirle el olor a tierra arada, y menos aún el frío de una helada en el surco, porque de haber sido así, seguramente lo hubieran transformado en homenaje”.

De ayer a hoy

El ruralista gualeguaychuense advirtió que “pelear por conseguir las condiciones para poder producir suena a viejo, a retraso, a modelo agroexportador egoísta. Sin embargo, los mejores momentos de nuestro país a lo largo de su historia, están estrechamente vinculados con nuestras producciones agropecuarias”.

Melchiori destacó que “el verdadero y único problema radica en que quienes debieron generar las políticas de Estado para acompañar la producción no lo hicieron. Entonces, la culpa no es del productor que solo debe y quiere producir, sino es la ineptitud e incapacidad del gobierno, que no supo, ni sabe, o lo que es peor, no quiere hacerlo, intentando eludir sus responsabilidades y poner en otros la culpabilidad de sus fracasos”.

Además señaló que “en una economía jaqueada por la falta de divisas, originando trastornos de toda índole, nuestros gobernantes insisten en no exportar, ni trigo, ni leche, ni carne, sobreponiendo sus conflictos ideológicos por sobre los intereses no ya de un sector sino de todos los argentinos”. “El daño originado a las arcas de nuestro país es difícil de cuantificar, pero deberá llegar el momento que estos verdaderos actos de irresponsabilidad que hasta exceden la mala praxis, sean penados judicialmente y no solo electoralmente”.

Para el contador, hay señales inequívocas que indican “que estamos asistiendo a un fin de ciclo (del gobierno), pero no solo por la imposibilidad reeleccionista, sino porque (el modelo) se está agotando”.

También indicó que “desde lo económico, es necesario revertir de manera urgente la matriz de este modelo que está a punto de colapsar, basado exclusivamente en el incremento permanente y desmedido del gasto, donde el Estado no ha parado de crecer en contraposición del achicamiento del privado que lo solventa con impuestos, que ya no puede soportar la presión impositiva a la que es sometido”.

Sin embargo, llamó a no dejarse abrumar “por este presente que nos angustia y margina; hay vientos de cambio que están comenzando a soplar. Levantemos la mirada y observemos ese nuevo horizonte que viene clareando. La espera no será fácil, casi no hay resto y es muy probable que hasta vengan por él. Inspirémonos en aquellos pioneros que con su trabajo y sacrificio transformaron a un país en el que solo existían sol y malezas, en una verdadera potencia. Este debe ser nuestro desvelo, no hay adversidad ni obstáculo que se interpongan ante tamaña tarea; los gobiernos pasan, nuestra responsabilidad, no”, fustigó.
De la redacción de AIM

 

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