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Cooperativismo: Participación y transparencia

Columna sobre cooperativismo por Pedro Aguer.

Las cooperativas nacen como respuesta a necesidades sentidas y a injusticias propias del capitalismo y  desatenciones de los gobiernos.

Un grupo de personas con un problema o con problemas en común, toma la decisión de superarlos mediante la ayuda mutua y encontrando consenso en torno a ello, formando una empresa, que en nuestro país está institucionalizada bajo la Ley 20.337.

Se trata de un proceso netamente participativo, que continuará mientras exista la cooperativa, para evitar hechos deteriorantes, como los vicios del gerentismo, del amiguismo, y de todo cuanto pueda debilitar su funcionamiento.

Los acuerdos previos acerca de su esencialidad democrática son fundamentales para la buena salud institucional, comercial y social.

La democracia para sostenerse debe ser participativa.

Los asociados son la cooperativa.

Sin su compromiso militante de lo que significan los principios y la transparencia de la administración, las cooperativas fracasan, cayendo en manos de camarillas o de autoritarismos asfixiantes de consejeros o funcionarios.

La libertad de pensamiento y la participación constituyen la verdadera fuerza sustentable del movimiento cooperativo.

La prosperidad de las empresas de este carácter requiere que sus integrantes, asociados y empleados, estén informados y formados como cooperativistas, de su funcionamiento y de sus circunstancias, pues para una marcha sostenible a lo largo del tiempo implica asumir una enorme responsabilidad, en mutua comprensión.

Son empresas de personas no por acciones.

De asociación libre y voluntaria.

Los empleados tratan con sus dueños no con clientes.

La atención a todo público es resultado de un acuerdo entre aquéllos.

Para garantizar esta manera de operar están las asambleas anuales y las extraordinarias, en las que impera la democracia.

Como se puede apreciar, para este tipo de funcionamiento la educación juega un rol de absoluta preponderancia. Ésta comprende la capacitación de los asociados, de los consejeros y de los empleados, pues son múltiples las necesidades de esta complejidad, tanto en lo institucional como en lo comercial.

Cuanto más participación más transparencia, cuanto más educación más democracia.

Cuando todo esto funciona simultáneamente, más eficacia y eficiencia.

por Pedro Aguer

 

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