Dios en la Tierra

Hoy se celebra a Santa Rosa de Lima, Patrona de América

Santa Rosa de Lima, virgen - Patrona de América Latina, fiesta. El santoral también recuerda al Beato Alfredo Ildefonso Schuster y a la Beata María de los Ángeles Ginard Marti. Comentario del día : Balduino de Ford “Su palabra estaba llena de autoridad”.Evangelio según San Mateo 13,44-46.

Jesús dijo a la multitud:

“El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.

El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas;
y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.”

Amén y ¡ adelante !

Hoy se celebra a Santa Rosa de Lima, Patrona de América y Filipinas

Aunque su fiesta universal se celebra el día 23, hoy 30 de agosto se celebra a Santa Rosa de Lima en el Perú y otros países. Patrona de Perú, América y las Filipinas, la primera Santa de América solía decir: “Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús”.

Isabel Flores de Oliva nació en Lima (Perú) el 20 de abril de 1586 y fue bautizada el 25 de mayo de ese mismo año. Aunque su nombre verdadero era Isabel, en honor a su abuela materna, una india que servía a la familia la llamaba Rosa debido a que la niña tenía una extraordinaria belleza. Solamente sus parientes se dirigían a ella con ese nombre.

Junto a su hermano Fernando recibió una esmerada educación, algo excepcional para su época, y tuvo una profunda formación espiritual.

Cuando tenía once años, su padre fracasó en la explotación de una mina y la familia enfrentó problemas económicos. Se mudaron a Quives, un pueblo cerca de Lima.

En 1597, Santo Toribio de Mogrovejo, el entonces Arzobispo de Lima, le administró el sacramento de la Confirmación y la llamó Rosa.

Al cumplir 20 años, la familia volvió a la capital. Isabel trabajaba todo el día en el huerto y durante la noche cosía ropa de familias pudientes para colaborar con el sostenimiento de su casa. A pesar de las dificultades, era una mujer feliz.

Su intenso amor por el Crucificado la llevó a hacer un voto de virginidad. Consciente de su belleza, la Santa se restregaba la piel con pimienta para desfigurarse.

En una ocasión, su madre le puso una corona de flores en la cabeza para lucirla ante unas visitas. Rosa se clavó una de las horquillas para hacer penitencia por esa vanidad.

Otro día una mujer destacó la suavidad de sus manos y la finura de sus dedos. Inmediatamente la joven se talló las manos con barro. Santa Rosa de Lima luchó para arrancar el amor propio y la vanidad de su corazón. Realizaba intensos ayunos y pasaba las noches en vela haciendo oración.

Se mortificaba con una cinta de plata alrededor de su cabeza, cuyo interior estaba lleno de puntas, para compartir los sufrimientos de Cristo con la corona de espinas.

Sus padre intentaron casarla pero ella defendió su vocación. El 10 de agosto de 1606 ingresó como Terciaria en la Orden de Santo Domingo, imitando a Santa Catalina de Siena, su maestra espiritual. Por sugerencia de un sacerdote, aceptó que la llamaran Rosa de Santa María.

Con la ayuda de su hermano Fernando construyó una ermita en un rincón del huerto de su casa donde oraba y realizaba sus mortificaciones. Ahí de jueves a sábado tenía experiencias místicas y experimentaba los sufrimientos de la Pasión.

Santa Rosa salía de su ermita para ir a la iglesia de la Virgen del Rosario y para atender a los enfermos y esclavos. En estas labores era acompañada por San Martín de Porres. Ambos santos fueron amigos y los enfermos acudían a ellos para buscar la sanación.

Su amor a Dios era tan ardiente que su tono de voz cambiaba y su rostro se encendía cuando hablaba de Él, lo que reflejaba el sentimiento que embargaba su alma. Lo mismo sucedía al estar en presencia del Santísimo Sacramento y cuando comulgaba.

Santa Rosa sufrió la persecución y burla de sus amigos y familiares durante muchos años. Esta situación le causaba una profunda desolación espiritual. También era tentada constantemente por el demonio.

En 1615, un grupo de piratas quiso atacar la ciudad de Lima. Cuando ya estaban en el puerto del Callao, Santa Rosa y otras mujeres fueron a la iglesia de la Virgen del Rosario para rezar ante el Santísimo Sacramento. Incluso la Santa puso su cuerpo delante del sagrario para protegerlo.

Días después murió el capitán de los piratas y estos se alejaron de la ciudad. Todos los limeños atribuyeron este “milagro” a Rosa.

La salud de la Santa decayó y fue a vivir con un matrimonio muy piadoso, Don Gonzalo de Massa y su mujer Doña María Uzategui. La pareja la consideraba como una hija y la cuidaron durante tres años hasta su muerte.

En medio de los sufrimientos, la joven oraba: “Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor”.

En el año 1617, durante el Domingo de Ramos ocurrió su “desposorio místico”. Mientras oraba delante de la Virgen del Rosario, el Niño Jesús le dijo: “Rosa de mi Corazón, yo te quiero por esposa”. Ella le respondió: “Señor, aquí tienes a tu inútil esclava; tuya soy y tuya seré para siempre”.

En la Iglesia de Santo Domingo en el centro de Lima se conserva la loseta sobre la cual estaba de pie la Santa cuando sucedió el desposorio.

Santa Rosa de Lima murió el 24 de agosto de 1617 a los 31 años. Durante su entierro, toda la ciudad se despidió de ella. Entre los asistentes se encontraban altas autoridades eclesiásticas, políticas y el virrey.

Muchas personas se acercaban al cadáver para arrancar un trocito de su hábito y tenerlo como reliquia. Al final los guardias tuvieron que dispersar a la gente porque llegaron incluso a arrancarle un dedo del pie.

Fue sepultada en el claustro del Convento de los Dominicos y en 1619 en la capilla Santa Catalina de Siena. Su cráneo se encuentra en la iglesia de Santo Domingo junto a los cráneos de San Martín de Porres y San Juan Macías.

Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera Santa de América. El mismo Pontífice la declaró patrona principal del Nuevo Mundo (América), Filipinas e Indias Occidentales.

“Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones”, dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella.

En 1992 San Juan Pablo II expresó que la vida sencilla y austera de Santa Rosa de Lima era “testimonio elocuente del papel decisivo que la mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio”.

6 datos de Santa Rosa de Lima que tal vez no conocías

Este 30 de agosto se celebra en Perú a Santa Rosa de Lima, Patrona de América y Filipinas. Aquí te presentamos seis datos interesantes que tal vez no conocías sobre su vida.

1. Se llamaba Isabel

Aunque su nombre era Isabel, su madre comenzó a llamarla Rosa al ver que mientras crecía su rostro lucía sonrosado y mostraba gran belleza.

Santo Toribio de Mogrovejo, el entonces Arzobispo de Lima, tras impartirle el sacramento de la confirmación en 1597 le puso definitivamente el nombre de Rosa, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.

2. No fue religiosa sino laica

Santa Rosa fue laica, específicamente Terciaria en la Orden de Santo Domingo, es decir, una mujer que se vestía con túnica blanca y manto negro, llevando una vida consagrada a Dios pero en su propia casa. Durante toda su vida buscó imitar a la más famosa terciaria dominica, Santa Catalina de Siena, a quien consideraba su “madre” espiritual.

El Papa Pío XII, en su radiomensaje del 27 de octubre de 1940 para el Congreso Eucarístico en Arequipa, en el sur del Perú, dijo: “¿No despuntó y se abrió en el jardín de Lima, cual flor primera de santidad de toda la América, cándida como azucena y purpúrea como rosa, la admirable Rosa de Santa María, que en el retiro y entre las espinas de la penitencia, emuló el ardor de una Catalina de Siena?”.

Un día mientras oraba ante la imagen de la Virgen pidiendo ayuda para decidir si entraba a un convento, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano para que le ayudara pero él tampoco fue capaz de moverla de allí.

Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: “Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea”. Tan pronto pronunció estas palabras recuperó la movilidad y se pudo levantar.

3. Tuvo un rápido ascenso a los altares

Menos de 50 años después de su muerte fue declarada santa de la Iglesia Católica. Durante la ceremonia organizada en su honor tras su fallecimiento fue aclamada por el pueblo entero e hicieron que a los ocho días se abriera el proceso de canonización. El Cabildo envió una carta al Papa Urbano VIII y el virrey hizo lo propio a la Corona de España.

Antes de ser canonizada en 1671, fue proclamada Patrona del Perú en 1669, del Nuevo Mundo y de Filipinas en 1670. Solo en Perú hay más de 72 pueblos con su nombre.

4. Es la primera santa de América

Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera Santa de América.

“Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones”, dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella.

5. Habría sido amiga de San Martín de Porres

Una antigua tradición sostiene que Santa Rosa salía de su ermita para ir a la iglesia de la Virgen del Rosario y para atender a enfermos y esclavos.

En estas labores era acompañada por San Martín de Porres quien se volvió su amigo. Lima era una ciudad pequeña y amurallada por lo que es muy probable que Santa Rosa haya conocido a San Martín de Porres.

6. Cuando murió ayudaba en el hogar de una familia adinerada

Santa Rosa pasó los tres últimos años de su vida ayudando en el hogar de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño.

Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: “Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor”.

Santa Rosa falleció el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para llevar sus restos al sepulcro.

error: Si reproduce información de este medio, por favor, citar la fuente
WhatsApp chat