El promedio de la precipitación acumulada en la región durante el mes de mayo fue normal o dentro de los valores esperados con un promedio de 70 mm aproximadamente. Aunque cabe destacar que hacia el Suroeste hubo sectores con valores por debajo de los 10 mm, mientras que los máximos se posicionaron hacia el centro Este con un rango entre 120 a 140 mm.
El análisis de la anomalía de la precipitación muestra que la mayor parte de la provincia estuvo dentro de un escenario normal, con algunos sectores con un ambiente modernamente húmedo.
Por otra parte, sectores del sector Suroeste donde fue muy escasa la lluvia acumulada, se presentó una situación calificada como sequía moderada.
A pesar del gran despliegue de humedad que se viene observando en estos primeros diez días de junio, las precipitaciones continúan ausentes. El ambiente saturado ha facilitado la ocurrencia de neblinas y bancos de nieblas, las cuales en muchas jornadas se levantan para conformar un manto de nubes bajas.
Por encima de este nivel, la atmósfera se mantiene muy estable, es decir la humedad que llega con la persistente circulación del sector norte, se queda restringida a la capa inferior de la atmosfera, pero no hay movimientos verticales que puedan potenciar el desarrollo de sistemas precipitantes.
Como vemos en el mapa realizado por el Siber, las reservas de humedad se sostienen en buena forma. Entendemos que no ha habido restricciones para el avance de las siembras de la fina, más allá de las estrategias agronómicas que venga decidiendo cada productor. Aun considerando esta instancia comienza a ser necesario que reaparezcan las precipitaciones.
A mediados de esta semana, se espera que el avance de aire frío vuelva a manifestarse de una manera más importante, volviendo las bajas temperaturas que ya se observaron en mayo. Esto, por otra parte, mantiene una tendencia pluvial bastante restrictiva para el resto de junio.
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