La escuela N° 42, Olegario Víctor Andrade, se inauguró en carácter de “ensayo” como “escuela ambulante”, el 29 de diciembre de año 1923. En el derrotero inicial recaló en Bandera, Banderita y otros lugares hasta llegar en junio del año 1934 al Paraje Picada Berón, donde finalmente se establece, contando en ese momento con un total de 70 alumnos.
La escuelita se encuentra a unos 35 km en línea recta de la ciudad cabecera de La Paz, Entre Ríos, a 500 metros del arroyo Feliciano, que en épocas de mucha lluvia se desborda e inunda el edificio escolar, y el agua llega a cubrir hasta 15 cm de las paredes.
En la actualidad, la “Olegario Víctor Andrade”, cuenta con 14 alumnos y espera incorporar 3 niños más para cursar el nivel inicial. Los niños tienen entre 4 a 11 años, y transitan la escolaridad primaria de lunes a viernes, algunos de ellos llegando a la escuela desde 12 km de distancia. Cursan sus estudios en el horario de 8:00 a 12:00 horas, habiendo acordado ese horario con los padres, ya que no pueden interrumpir sus horarios laborales para llevarlos a la tarde, sobre todo en invierno. Los días de lluvia que no pueden llegar a la escuela, debido al estado de los caminos y el desborde del arroyo, trabajan en sus casas con dossiers entregados desde la Institución.
Los alumnos desayunan y almuerzan en la Escuela, dónde se les provee de alimentos cocinados por una persona que tiene solamente el Plan Potenciar Trabajo, ya que no se cuenta con cocinera paga por el Estado provincial.
La directora tiene a cargo un ciclo, además hay una maestra para otro ciclo y a cargo de los alumnos de nivel inicial, ya que no tienen docente específicamente para ese nivel. También hay dos docentes de áreas estético – expresiva: Arte y Educación Física.
La tarea educativa es titánica ante tantas carencias, pero lo que más nos impacta es escuchar cuando su directora Adriana Berón dice “los chicos no tienen sueños o metas y yo todos los días siembro la semillita para que los tengan, les pregunto ¿ qué te gustaría ser cuando seas grande?”, y aclara, “es importante que los niños tengan sueños y metas, les ayuda a formarse como personas, crecen intelectualmente, incorporan los conceptos de esfuerzo, trabajo y respeto”.
La Institución tiene una comunidad educativa muy humilde y “sobrevive” gracias a la ayuda de las gestiones que se hacen desde la Dirección de la Escuela, lo que dificulta mucho cubrir algunas necesidades básicas de los alumnos por estar inserta en un lugar muy pobre sin salida para muchos de los integrantes de las familias.
Su directora actual, Adriana Berón, se hizo cargo en marzo de 2019 y ha logrado realizar con mucho esfuerzo y ayuda algunas cosas como el arreglo edilicio y luminarias. Además ha impulsado colectas de ropa conjuntamente con los docentes para repartir a sus alumnos, sobre todo en los días de mucho frío y lluvia.
Actualmente entre las necesidades primordiales destacan: alimentos no perecederos, ropa, calzado, utensilios para la cocina, juegos de parque, ya que las hamacas están rotas.
La Institución tampoco tiene bandera de la provincia de Entre Ríos, solo cuenta con la de ceremonias y su asta está en un estado “deplorable”, lamentablemente.
Tampoco hay estufas o caloventores, mucho menos aire acondicionado frío-calor, que sería lo ideal ya que el Estado es quien se encarga de suministrar la energía gratuita para las Instituciones escolares.
No hay televisor, el que hay está obsoleto, no tienen computadora, la que hay es propiedad de la Directora. Tampoco hay electrodomésticos cómo batidora o procesadora para cocinarles a los chicos. La Escuela está en un total abandono por parte del Estado provincial, pero cabe destacar Hola Rosario, que reciben la ayuda para mantener el predio de la Junta de Gobierno de Yeso.
En diálogo con la directora nos manifestó que además tienen la necesidad urgente de un tractorcito para la limpieza del predio, hacerlo les lleva mucho tiempo y gasto de nafta, que se costea con rifas que venden los alumnos. Cabe destacar que el predio tiene 8.000m2.
En cuanto a lo edilicio sus paredes necesitan membrana líquida y pintura. Es un edificio que tiene una antigüedad de 88 años y es húmedo y frío en épocas invernales. Si directora aclara que “cualquier aporte será bien recibido y toda la ayuda que se pueda conseguir será bienvenida y agradecida por toda la comunidad”.
Esperamos que visibilizando estas pequeñas comunidades educativas humildes y olvidadas, y que lamentablemente se replican a lo largo y ancho de nuestra querida provincia, se tome conciencia desde el Estado de la importancia de estar presente en cada rincón del territorio provincial, porque la educación es el legado fundamental para que nuestros hijos puedan progresar libremente… sin ellos no hay futuro.
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